Cómo superar la dependencia emocional

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Cuando tu felicidad empieza a depender de cualquier persona, logro o resultado (o una combinación frágil de estos), entonces puedes descubrir que eres emocionalmente dependiente. No es algo fácil que enfrentar, ni es tu culpa pero es algo vital con lo que lidiar.

Se requiere un gran valor para aprender cómo superar una dependencia emocional, pero vale la pena hacerlo ya que te sentirás más en control de tu vida. Hacerse gradualmente más independiente requiere tiempo y práctica pero se puede lograr. Estas son 18 maneras de superar la dependencia emocional.

  1. EVITA ENTREGAR LA RESPONSABILIDAD DE TU FELICIDAD

Es más probable que las personas que no estén seguras de cómo cuidarse emocionalmente busquen a alguien más para que lo haga por ellos. Pero sin importar lo bien que alguien te haga sentir, aún es buena idea preservar y desarrollar tanta Independencia emocional como puedas en vez de depender de esa persona.

Dominar esto requiere auto-observación y práctica, pero eventualmente podrás cuidarte en situaciones en las que normalmente dependerías de alguien más. Por ejemplo si te sientes solo o estresado puedes experimentar con diferentes maneras de hacer que esos sentimientos negativos desaparezcan.

Aprender esto también puede ser útil cuando te sientes necesitado emocionalmente. Por ejemplo, si alguien no responde un mensaje puede que pienses “¿Por qué no responde?”, pero en vez de enviar un segundo mensaje, da un paso hacia atrás y piensa: “Quizá no quiero ser alguien qué presione a la gente de esa manera”.

Lo irónico sobre querer ser más independiente es que la solución es reconocer que tus necesidades son muy importantes, y no desaparecerán si las ignoras. La dependencia a menudo es el resultado de ignorar necesidades emocionales.

Estas son algunas de las principales maneras para cuidarte mejor emocionalmente:

  • Reconocer tus necesidades y priorizar tu felicidad.
  • Administrar tus necesidades regularmente y estratégicamente como un negocio.
  • Practicar el disfrute de tu tiempo a solas y explorar cosas que te diviertan.
  • Reemplaza gradualmente la autocrítica con comportamiento de amor propio.
  • Enfrentar y aceptar tus emociones más vulnerables.
  • Desarrollar una lista de estrategias y distracciones saludables.
  • Regresar conscientemente al momento presente varias veces al día.
  • Trabajar en encontrar una variedad de fuentes diferentes de alegría y conexión.
  • Explorar tu capacidad para entusiasmarte sinceramente más a menudo.
  • Practicar la motivación positiva con regularidad.

Hay muchas maneras para hacerte sentir mejor: respirar con calma, desarrollar actitudes positivas, o descansar la mente a través de la meditación, disfrutar películas o música, hablar con alguien por teléfono, salir a caminar y otras. Haz que tu proyecto sea descubrir y repetir lo que funciona mejor para ti.

  1. EVITA CONFUNDIR TUS NECESIDADES CON LA RESPONSABILIDAD DE ALGUIEN MÁS

Un paso importante en el camino hacia la libertad es permitir qué otras personas sean libres en vez de guardar resentimientos por su comportamiento. Puede ser tentador enojarse con alguien que no está ahí para ti durante una crisis, o que te decepcioné de alguna manera, pero esa no es la solución.

Considera cuántas veces puedes haber pasado frente a un mendigo en la calle y no le hayas dado nada para ayudarlo. Cuando te conviertes en un mendigo emocional estás en una situación similar. Puedes pedir ayuda pero no vale la pena exigirla porque nadie te debe nada.

La única manera de liberarse de otras personas es liberarlas de ti”.

Parte de la solución es simplemente aceptar que la gente tiene límites naturales cuando se trata de relaciones, amistades, compasión y comprensión. Puede que a una persona le sea difícil mantenerse positiva normalmente, para que además tenga que cuidar a personas que parecen no poder cuidarse a sí mismas.

Imaginar que alguien “debería” ayudarte cuando no lo han acordado explícitamente puede ser manipulativo porque confunde tus necesidades con su responsabilidad. No vale la pena probar los límites de nadie presionándolo para ser alguien que quizá no sea capaz de ser.

  1. RECONOCE Y DETÉN LOS PATRONES DESTRUCTIVOS DE LA INFANCIA

Mucha de la dependencia puede originarse por eventos difíciles que ocurrieron durante la niñez o adolescencia. Identificar esos eventos y la manera en que respondiste hacia ellos en tu niñez es una buena manera de reconocer la razón por la que estás atascado en una dependencia emocional.

No perderse en el pasado sino explorarlo hasta cierto punto, puede ayudarte a liberarte de patrones de pensamientos, sentimientos y comportamientos que se pueden haber formado en ti cuando no tenías idea de cómo de lidiar con lo que estaba pasando. Es bueno evitar la repetición de la misma historia una y otra vez.

El rol del presente es no repetir el pasado ni tratar de compensarlo”.

La terapia puede ayudar. Parte de la solución es aprender a distinguir entre las situaciones presentes y las situaciones que te hacen recordar el pasado. Cada vez puedes distinguir mejor entre el niño indefenso que alguna vez fuiste y el adulto capaz de cuidarse, calmarse y aceptarse en el que te estás convirtiendo.

Puede que identifiques cierto detonantes que te hagan sentir involuntariamente dependiente. Entonces puedes empezar a ver muchas cosas como una invitación a una trampa en la que no quieres caer, en vez de algo irresistible o imposible de ignorar y que inevitablemente te lleve hacia la dependencia.

La ironía es que reaccionar desesperadamente para hacer que estos sentimientos se vayan a menudo escala creando mayores problemas con la gente. En vez de involucrarse en un ciclo potencialmente sin fin de drama, normalmente es mejor dejar que los altibajos sigan su curso natural evitando la tentación de hacer cualquier cosa imprudente.

  1. RECONOCE CUANDO EMPIEZAS A SER MUY DEPENDIENTE

Analizarse un poco internamente a menudo te ayudará a identificar patrones de dependencia en tu comportamiento o pensamientos que puedes trabajar para superar. Un ejemplo puede ser tener una actitud de esperar “todo o nada” de la gente en vez de apreciar cualquier cosa que gratuitamente te estén ofreciendo.

Puede que también reconozcas cómo empiezas a pensar en lo que quieres para que puedas eliminar algo de ese pensamiento dependiente desde sus etapas más tempranas. Pasar mucho tiempo y energía enfocado en lo que pudiera ser bueno para ti puede parecer positivo, pero puede ser también peligroso por una razón. Como lo dice C.S. Lewis:

“No dejes que tu felicidad dependa de algo que puedes perder.”

Si empiezas a aferrarte demasiado a cualquier cosa o cualquier persona le estás dando mucha importancia y puede que necesites distanciarte un poco para evitar hacerte dependiente. Mientras más pronto te des cuenta de esto, se hace más fácil evitar el riesgo de meterte en problemas.

Incluso puedes reconocer y liberarte de la dependencia en tus pensamientos diarios. Cambiar tu lenguaje es una manera de hacer esto. En vez de decir “Necesito” podrías empezar a decir “Me gustaría”. En vez de decir “Necesito esto” podrías decir “Me gustaría eso”.

  1. EVITA DEJARTE LLEVAR POR LOS DESEOS

Es fácil dejarse llevar por la idea de querer que las cosas ocurran de cierta manera. Empieza como una leve preferencia, pero luego se va retorciendo en la mente, pasando por varias etapas:

“Eso puede ser bueno” → “Eso no podría ser malo para mí” → “Esto tiene que ser bueno para mí” → “Esto me hará feliz” →  “Empiezo a sentirme extraña mente infeliz por esto” → “Nada más podría hacerme feliz” →  “Sin eso podría sentirme devastado” → “Empiezo a sentirme infeliz, eso solo prueba lo mucho que lo necesito” → “ Lo necesito tanto que nada más existe para mí”

Un ejemplo es conocer a alguien e imaginar que es la persona “indicada” en vez de una de tantas, una persona “única” no necesariamente sea buena para ti ni apropiada para ti. Para detenerte en tu camino en los pasos del deseo mencionados anteriormente podrías decir:

“Eso puede ser bueno pero puedo sobrevivir sin eso tranquilamente.”

Lo que puede parecer completamente impresionante y la respuesta definitiva para todos tus problemas, ¡puede resultar ser malo para ti! Es especialmente fácil dejarse llevar por las primeras impresiones o cómo percibimos a personas nuevas y olvidar que no todo lo que brilla es oro. Por ejemplo, podrías:

  • Confundir sentirse atraído por alguien con que esa persona sea apropiada para ti.
  • Confundir un sentimiento con una compatibilidad emocional y sexual genuina.
  • Confundir un capricho o atracción visual fuerte con una atracción más profunda.
  • Confundir enamoramiento físico con realmente conocer y amar a una persona.
  • Confundir un sentimiento que percibes de alguien con conocer a esa persona por lo que es.
  • Confundir tu primera impresión con lo que la persona en verdad es.
  • Confundir amar la impresión que percibiste de alguien con amar a esa persona por lo que en verdad es.
  • Confundir la inseguridad, vacío, soledad e ilusiones con amor.
  • Confundir un miedo al abandono con que alguien sea la persona correcta para ti.
  • Confundir traumas o dolor de la niñez con que alguien sea la persona correcta para ti.

Es incorrecto creer que alguien o algo puede “hacerte feliz”. Lo que de verdad pasa es que estás haciendo que tu felicidad dependa de eso, y esa dependencia te hace infeliz. Mientras más te enfoques en lo que crees que te hace feliz más empiezas a depender de eso.

La gente a menudo trata de inspirarse enfocándose en una meta personal. Enfocarse en lo que te inspira es una muy buena idea y una meta puede ser algo que disfrutes, pero aún puedes disfrutar la vida sin hacer que todo gire exclusivamente en torno a un resultado particular. La solución es la exploración en vez de obsesionarse con una meta.

  1. RECONOCE LA DEPENDENCIA EMOCIONAL EN SUS DIFERENTES FORMAS

Todos a veces experimentamos un sentimiento que, a un nivel subconsciente, puede ser explicado como un niño saltando y gritando “¡Quiero mi helado!”. Puede que el niño sea malcriado o simplemente esté tan molesto que genuinamente parezca que el helado es la única respuesta posible.

Para cualquier adulto observando la escena es obvio que el niño podría estar bien aún si no recibe ningún helado. Y por eso es importante observar al niño dentro de ti y reconocer cuando puedes tener secuestrada a tu propia felicidad insistiendo con algo que de verdad puede que no necesites.

“Estoy dispuesto a esforzarme para ser feliz a pesar de X, Y y Z  e incluso sin A, B o C.”

Identificar en qué has hecho depender recientemente tu felicidad puede abrirte los ojos. Por ejemplo un pensamiento preocupante como: “¡La gente me está volviendo loco!” puede ser interpretado como: “No puedo ser feliz a menos que todos estén bien”, que claramente es un poco irreal y muy dependiente.

Otro ejemplo podría ser “¡Nada tiene sentido!”, que es otra manera de decir: “Exijo que todo siempre tenga sentido” y que no es estrictamente necesario para una vida feliz. Reconocer qué condiciones arbitrarias sigues poniéndole a tu propia felicidad puede poco a poco liberar tu mente.

  1. RESPONSABILÍZATE POR TUS CREENCIAS DEPENDIENTES

Es muy fácil de repente volverse psicológicamente adicto a algo, como intimidad física, compañía, aprobación externa. Nadie puede culparse a sí mismo cuando esto pasa porque a menudo lo hace sin darse cuenta exactamente el papel que jugaron en hacer que eso ocurriera.

Si empiezas a decirte a ti mismo que “necesitas” algo es muy probable que eso altere tu “realidad”. Puedes convencerte a ti mismo con cualquier cosa pero es bueno ser responsable cuando lo hagas. Cuando dependes de algo, tu mente crea un sistema de autorrecompensa y autocastigo alrededor de ello.

“Yo me causé esto.”

Por ejemplo, podría seguir diciéndome una y otra vez qué “necesito” ver un gato negro correr por la calle. Si genuinamente empiezo a creer eso y esperar que pase entonces esto afectará mis emociones. Cuando finalmente vea un gato negro correr por la calle puede que sienta alegría.

Podría decir que el gato negro me hace feliz pero en verdad no es cierto. Hice que mi felicidad dependiera de ello convenciéndome al hacerme creer que era necesario verlo. Me recompense con felicidad al ver el gato negro y me castigaba con decepción cuando no lo veía.

  1. RETA TUS SUPOSICIONES SOBRE EL ORIGEN DEL AMOR

Puede que nos sintamos apoyados por prejuicios personales o populares que parecen “confirmar” que hay alguna clase de utilidad de caer en la trampa de la dependencia. Enamorarse perdidamente puede parecer emocionante, cariñoso o parte del destino en vez de riesgoso, imprudente y meramente una señal de la soledad o del abandono propio.

“El amor no es la respuesta. aprender cómo cuidarme a mí mismo es la respuesta.”

Es fácil olvidar que las canciones, libros y películas románticas involucran una glorificación ingenua y adolescente de dependencia que es poco saludable. La dependencia puede crear emociones fuertes y adictivas, pero una necesidad tan desequilibrada no es algo que debería ser visto como algo ideal o mágico.

  1. EVITA IDEALIZAR A NADA NI NADIE

Mientras más nos damos cuenta de lo que queremos, más nos hundimos en las arenas movedizas del deseo. Mientras más imaginas que algo es perfecto o pones a alguien en un pedestal, más te estás llevando hacia la decepción. Lo que parece el santo grial puede fácilmente convertirse en un cáliz envenenado.

Adorar a alguien como si fuera alguna clase de “salvador” es particularmente peligroso. Imaginar que alguien tiene una capacidad sobrenatural de hacerte sentir completo es sólo una manera de convencerte de que hay algo sin lo que no puedes vivir, y que necesitas para poder sentirte bien o crecer independientemente.

Puede parecer que idealizar a alguien es un gran halago pero no te hace a ti ni a esa persona ningún favor. Caer en la dependencia te hará sentir como un acosador en el momento en que a esa persona ya no le agrade tenerte cerca. Enfocarse en sus fallas por un rato puede ayudar a equilibrar un exceso de apego.

“Nada es tan bueno como parece ser.”

La idealización es una forma de escape de la vida. En vez de aceptar la realidad, creamos una fantasía en la que nos perdemos a nosotros mismos. Es fácil volverse adicto a una fantasía pero es inevitablemente decepcionante. Cualquier persona que adoremos en nuestra imaginación puede ser aburrido  e incluso muy fastidioso en la realidad.

Otro peligro de una obsesión así es que puedes terminar devaluando todo lo demás en tu vida, dejándote con una sensación de que las cosas no tienen significado. Es bueno elevar conscientemente la importancia de las cosas para no perder la perspectiva de lo que normalmente valoras.

Una señal clásica de que puede que hayas idealizado a alguien es la tendencia a desechar cualquier evidencia que contradiga tu ilusión de lo que esa persona es. Es una buena idea tomar en cuenta esas evidencias y aceptar que tú impresión completa de esa persona puede haber sido en gran parte una ilusión.

  1. EVITA UNA ABSTINENCIA CATASTRÓFICA

Algunas personas creen que no pueden amarse a sí mismas a menos que alguien las ame, y que no existen a menos que alguien reconozca o apruebe su existencia. Equivocadamente asumen que su supervivencia depende de estar uno a alguien de quien necesitan depender.

Imaginar que no puedes vivir sin alguien o algo solo le da poder sobre ti. Puedes inconscientemente creer que cuando se te niega lo que quieres todo se derrumbara, pero es una ilusión que puede volverse una profecía autocumplida a menos que te des cuenta de que puede no ser cierto.

Mientras tengas la determinación de no abandonarte a ti mismo entonces nunca debes temer por la ausencia de nadie más. Puede que a veces pases por momentos difíciles pero también tienes la capacidad para superarlos, consolarte, aliviar tu estrés, aprender lecciones positivas y salir más fuerte de la experiencia.

“Todo va estar bien.”

Creer en cualquier forma de desesperanza solo puede hacer que una persona se sienta más dependiente y menos en control de sus emociones. Parte de la solución puede ser visualizarte a ti mismo sobreviviendo y recuperándote en un futuro. En caso de que estés preocupado por alguien más, podrías visualizar que esa persona esté bien también.

Ocasionalmente tu mente tratará de llevarte hacia un estado de pensamiento extremadamente negativo. Esto también puede ser detonado cuando escuchas a alguien quejándose de su vida, cuando escuchas una canción romántica o ves una película sobre adolescentes decepcionados o víctimas de una injusticia grave. Estas son algunas de las trampas clásicas:

  • Desesperación eterna: “Todo será generalmente horrible a menos que obtenga lo que quiero ahora mismo”.
  • Nihilismo eterno: “La vida no tendrá sentido en ninguna manera a menos que obtenga lo que quiero ahora mismo”.
  • Imperfección eterna: “Nunca me sentiré realizado a menos que obtenga lo que quiero ahora mismo”.
  • Soledad eterna: “Siempre estaré miserable y solo a menos que obtenga lo que quiero ahora mismo”.
  • Victimización eterna: “La vida siempre será totalmente injusta a menos que obtenga lo que quiero ahora mismo”.
  • Letargia eterna: “Todo siempre estará estancado a menos que obtenga lo que quiero ahora mismo”.
  • Aniquilación inminente: “Voy a morir a menos que obtenga lo que quiero ahora mismo”.

Todas estas son ilusiones peligrosas con las que uno no puede seguir identificándose mentalmente. Muchos de nosotros ocasionalmente hemos sentido estas emociones pero lo importante es no dejarse llevar por ellas ni imaginar que de verdad pueden representar lo que será tu vida.

  1. APRENDE A SUSTITUIR LAS COSAS DE LAS QUE DEPENDES

Normalmente no vale la pena necesitar nada de las personas o situaciones equivocadas. Quizá a veces sientes que sigues el camino equivocado, pero a veces la solución es darse cuenta cuál es el correcto y necesitas aceptar que las cosas no siempre vendrán de esa fuente particular.

La gente a veces pierde de vista todo cuando siente que el amor verdadero es lo que le falta en su vida. Pero ya que el hecho de que una relación funcione no puede depender de nada con certeza, desarrollar y mantener otras fuentes de contentamiento puede convertirse en un sustento.

Cuando empiezas a sentirte necesitado pregúntate a ti mismo qué es lo que te gusta tanto de esta persona, situación o resultado. Esto te permite darte cuenta de cómo sustituir eso buscándolo en otro lugar en vez de percibir que eso tiene un monopolio de ese beneficio.

“Nada es irremplazable.”

Por ejemplo, si amas cuánto alguien empatiza contigo entonces podrías buscar otras personas así y aprender cómo sentir empatía por ti mismo y por los demás. Cualquier necesidad puede ser satisfecha de una variedad diferente de maneras, así que aprende a identificar lo que quieres y búscalo pacientemente en más de un lugar.

Terminar una relación es uno de los retos más difíciles y es similar a superar una adicción a las drogas. Al igual que en una rehabilitación, el método más efectivo es cortar por completo todo el contacto con la otra persona, empezar un nuevo capítulo en la vida, y recordar que el tiempo eventualmente lo cura todo.

  1. OLVIDA TUS EXPECTATIVAS DE LA GENTE

Cuando eres emocionalmente dependiente, es más probable que tengas nociones algo intensas e irreales sobre lo que puedes esperar de los demás. Esto puede ser causado por un idealismo ingenuo sobre cómo se supone que sean las relaciones románticas, amistades y otras.

Uno de los peligros más grandes es imaginar que conoces como es alguien basándote en ilusiones. Necesitar que alguien sea bueno te facilita descartar evidencias de lo contrario o señales de que no tienen tantas cosas en común cómo te gustaría. Por eso es fácil:

  • Confundir una mera amabilidad con amistad.
  • Confundir una amistad casual con una lealtad y disponibilidad indiscutible.
  • Confundir un romance o relación con amor incondicional.
  • Confundir una curiosidad romántica con interés romántico serio.
  • Confundir cualquier experiencia agradable o intensa con el comienzo de algo mucho más serio.
  • Confundir hacerle un favor a alguien con que esa persona tenga el deber de hacer algo por ti.

“Una unión puede ser hermosa incluso cuando es temporal y de un alcance limitado.”

Todos son buenos para algunas cosas e inútiles para otras. Algunas personas son muy buenas empatizando contigo y haciéndote mejorar tu autoestima. Otras personas no poseen esta cualidad pero pueden ser muy divertidas como compañía en un viaje o compañeros para un nuevo pasatiempo. Nadie puede ser todas estas cosas.

No hay nada malo con ser “amigos sólo en las buenas” mientras recuerdes lo que no debes esperar. Nadie puede ser un padre sustituto, y su idea de cómo funciona todo puede ser mucho más casual. Muchas amistades se basan en entretenerse uno al otro y nada más que eso.

  1. PIENSA EN VIRTUDES MÁS QUE EN OBLIGACIONES

La decepción es una experiencia humana común, pero una buena manera de recuperarse de ella es ver lo que esperabas tomando en cuenta que hay virtudes que no son posibles para todos, dadas las limitaciones y debilidades naturales de cada quién. En vez de acusar a alguien de un crimen moral, una mejor conclusión podría ser:

“Es sólo un humano, tiene muchas cosas buenas pero x claramente no es su fuerte.”

Por ejemplo si alguien te decepciona cuando te sientes triste entonces puedes sentirte tentado a pensar: “¡Qué mala persona!”. Una mejor manera de interpretarlo pudiera ser: “Tiene muchas cosas buenas y a veces es amable, pero no en todas las situaciones y tiene sus límites. Eso me basta.”

Si la empatía, humanidad o cualquier otra virtud no siempre es parte natural de una persona entonces necesitarla cuando simplemente no tienen esa cualidad implica exigir algo que es de alguna manera sobrenatural para ellos. Es irreal insistir en que alguien debería superar su naturaleza limitada.

  1. PRACTICA CAMBIAR TU FOCO CON REGULARIDAD

El poder del foco es que puede tanto meterte en problemas como sacarte de problemas. Una buena manera de evitar que dependas mucho de alguna persona o algo es practicar cambiar tu foco regularmente o preguntarte: “¿En qué me voy a enfocar?”, para que el foco nunca se haga muy selectivo.

Una buena manera de separarte de cualquier cosa que comience a volverse adictiva es lanzarte hacia alguna otra área de la vida que pueda mantener tu foco equilibrado. Si estás dispuesto encontrar algo suficientemente inspirador para distraerte totalmente, probablemente tendrás éxito.

“Quizá sea hora de que pruebe cosas nuevas.”

Puede ayudar si conscientemente dejas de enfocarte en cualquier cosa que consideres que has estado visualizando o pensando mucho, o en lo que has estado enfocándote mucho. Puede que debas abandonar malos hábitos cómo mirar compulsivamente el teléfono y quitar recordatorios como fotos, redes sociales y otros.

Si nunca te enfocas en algo, no puede controlarte emocionalmente. No quieres que tu vida se trate de una persona, situación, meta o resultado. Una buena manera de cambiar esto es decidir en qué cosas deberías enfocarte menos y en qué cosas deberías enfocarte más y actuar productivamente para lograr que pasen.

  1. PRACTICA EL ACEPTAR DIFERENTES RESULTADOS

La independencia de los resultados puede ser la esencia de la libertad. Puedes desarrollar una forma de pensar más independientes y practicar imaginar los principales desenlaces que pudiera tener una situación, para luego aceptar cada uno de esos escenarios viéndolos de la manera más positiva que puedas.

“Lo que ocurra pudiera ser bueno de algunas maneras. Incluso puede ser lo mejor.”

Lo divertido de la vida es que nunca sabes en verdad que es lo bueno para ti. A veces necesitas una mala experiencia para aprender las increíbles lecciones que te ayudarán a ser una persona mucho más feliz e independiente en el futuro.

Como decía Oscar Wilde: “Solo hay dos tragedias en la vida: una es no obtener lo que uno quiere, y la otra es obtenerlo”. A veces obtenemos exactamente lo que queríamos y es un desastre. Pero cuando no recibimos lo que queremos a veces olvidamos que puede no haber resultado como un final feliz de cuento de hadas.

  1. TÓMATE LAS COSAS CON CALMA Y SIN APUROS

Necesitar más de alguien que lo que es socialmente apropiado puede ser algo que no le agrade a esa persona. Pero puedes evitar dejar esa impresión siguiendo la regla de comportarte como una persona que tiene una independencia emocional completa.

Sin importar cómo te sientas, puedes hacer un acuerdo contigo mismo para comunicarte de una manera que le permita la gente relajarse y sentirse totalmente libres. Al hacer esto te rehusas a dejar que cualquier sentimiento o dificultad personal interfiera en que las cosas salgan bien, y también estás siguiendo una regla simple:

“Déjate llevar.”

Una buena manera de tomarse las cosas con calma con la gente es imaginar cómo serían las cosas si fueras muy exitoso y estuvieras muy ocupado, o tuvieras muchos amigos. Es menos probable que te veas muy desesperado o ansioso si te comportas como si tuvieras todo lo que necesitas de la vida.

Interpretar el rol de alguien que lo tiene todo puede ayudarte a evitar darle a alguien la sensación de que se depende mucho de esa persona o se espera demasiado de ella. Puedes disimular hasta que lo logres, usando la apariencia de un comportamiento totalmente casual para permitir que la gente se tome las cosas a su ritmo natural, que es normalmente gradual.

Pero la principal razón para tomarse las cosas con calma con alguien es que esa persona puede no ser buena para ti, a pesar de que te haya dado la impresión de lo contrario. Si estás tratando de acelerar las cosas, entonces puede que te hayas convencido a ti mismo equivocadamente de que esa persona es la adecuada para ti y no puede hacerte daño.

  1. DESARROLLA UNA MAYOR PACIENCIA CON LA VIDA

Parte de volverse más independiente es mejorar lo que puedas por ti mismo. Pero una parte igualmente importante de la solución es tener la paciencia para esperar que algunas cosas en la vida ocurran por sí solas, en vez de depender de la siguiente persona o resultado que pudiera ser bueno para ti.

“Roma no se hizo en un día.”

A menudo existe el riesgo de que alguien se sentirá castigado solo porque no es el tipo de persona que esperas encontrar un día. En vez de tratar de cambiar a una persona es mejor ser paciente, diplomático y aceptar que todos tienen sus utilidades, y buscar a las personas que sean adecuadas para ti.

EN CONCLUSIÓN

Nadie es completamente independiente e incluso las personas que parecen ser muy “fuertes” no son tan libres como imaginan. Su sentido de bienestar emocional a menudo depende de lo que ocurre en sus vidas y de saber que alguien importante para ellos está solo a una llamada de distancia si alguna vez necesitan su ayuda.

Pero es posible aprender a superar la dependencia emocional, al menos lo suficiente para sentirse mucho mejor. En cierto momento, aún cuando las cosas no estén saliendo muy bien, podrás decir: “Estoy feliz no por lo que está ocurriendo, sino a pesar de todo eso”. Desarrollar esa manera de pensar requiere tiempo y práctica.

Una parte importante del proceso es liberarse de maneras dependientes de pensar sobre ti y los demás. Cuando  combinas ese método con suficiente auto motivación y una disposición de ampliar tus horizontes mientras priorizas tu felicidad, entonces el camino hacia la libertad se te revelará.

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