Desde el comienzo de la vida, son varias las especies que han existido a lo largo de los siglos. Son muchas y maravillosas. Sin embargo, una buena parte de los animales ha desaparecido de la faz de la Tierra. Y son diversas las razones por las que esto ocurre.
A continuación te presentamos una lista de 100 animales que se han extinguido en tiempos históricos, incluyendo anfibios, mamíferos, aves, reptiles, peces e invertebrados.
10 Anfibios Extintos
1. El Sapo Dorado
Comparado con otros sapos y ranas extinguidos durante el último cuarto de siglo, no hay nada que distinga al sapo dorado, excepto su color estridente.
Fue detectado por primera vez en la selva lluviosa de Costa Rica en 1964 y avistado intermitentemente hasta 1989, fecha de su última aparición documentada.
Sin embargo, hoy se supone extinguido, condenado por el cambio climático y las infecciones de hongos.
2. La Rana de Arbusto de Sri Lanka
Una gran cantidad de ranas de arbusto son oriundas de la isla de Sri Lanka, al sur de la India, y muchas de ellas han muerto –presumiblemente– por una combinación de urbanización y enfermedades.
Al igual que el sapo arlequín, algunas especies de la rana de arbusto de Sri Lanka todavía subsisten, aunque están en riesgo inminente de desaparecer .
3. El Sapo Arlequín
Como muchos de los anfibios de esta lista, el sapo arlequín suscita diferentes opiniones entre los especialistas. Algunos afirman que se encuentra en buen estado, otros que está en peligro y otros que se ha extinguido.
Este sapo –propio de América Central y del Sur– es especialmente sensible al mortal hongo Batrachochytium, que ha venido mermando poblaciones de anfibios en todo el mundo.
Ahora bien, el hábitat de este anfibio ha desaparecido a causa de la minería, la deforestación y de las invasiones humanas.
4. El Tritón del Lago Yunnan
El Cynnops wolffestorfi vivía en las orillas del lago Kunming, en la provincia china de Yunnan.
Este tritón –de una pulgada de largo– no resistió la presión de la urbanización y la industrialización en China.
5. La Salamandra de Ainsworth
No solo se presume que está extinguida, sino que solo se le conoce por dos especímenes recogidos en el río Mississippi en 1964. Dichos especímenes se encuentran conservados en el Museo de Zoología Comparada de Harvard.
Debido a que carecía de pulmones y necesitaba de un entorno húmedo para absorber oxígeno a través de su piel y su boca, era especialmente sensible a los cambios ambientales originados por la civilización.
6. La Cecilia India
Esta suerte de anfibio (con forma de gusano y ojos poco desarrollados) es doblemente desafortunado: no solo se han extinguido muchas de sus especies, sino que, además, la mayoría de las personas ignora su existencia.
A menudo confundidas con gusanos o serpientes, las cecilias son anfibios desprovistos de extremidades que pasan la mayor parte de sus vidas bajo tierra.
Eso es lo que ha hecho que la realización de un censo detallado, y mucho más una identificación como especie en peligro, sea un gran desafío.
Las cecilias indias que quedan, que pronto seguirán el destino de sus similares extintas, se restringen a la región de los Ghats occidentales, en la provincia india de Kerala.
7. La Rana Incubadora Gástrica (o Rana Maravilla)
Esta rana fue descubierta recientemente, en 1973, y desapareció de la faz de la tierra apenas diez años después.
Vivía en Australia y se distinguía por sus excepcionales hábitos de cría. Las hembras se tragaban sus huevos fertilizados y sus renacuajos se desarrollaban en la seguridad de los estómagos de sus madres hasta brotar de nuevo de sus esófagos.
En el ínterin, la rana mamá dejaba de comer para evitar que sus crías murieran a causa de los ácidos estomacales.
8. La Rana Torrente Australiana
Habita en las selvas húmedas de Australia oriental. Si te resulta difícil imaginar una selva húmeda australiana, ya te puedes imaginar por qué la rana torrente tiene tantos problemas.
Por lo menos dos especies de este anfibio (el Taudactylus diurnus y el Taudactylus acutirostri) están extintos, y las otras cuatro restantes están amenazadas por infecciones de hongos o por pérdida de su hábitat.
9. La Rana Leopardo del Valle de Las Vegas
Los últimos especímenes de este anfibio fueron atrapados en Nevada a comienzos del año 1940. La falta de avistamientos desde ese momento llevó a los naturalistas a declarar su extinción.
Entonces, ocurrió un milagro: los científicos analizaron el ADN de la rana leopardo del Valle de Las Vegas y determinaron que su material genético era idéntico al de la rana leopardo de Chiricahua, que todavía existe.
10. La Nannophrys Guentheri
Por lo menos las demás especies de esta lista tuvieron la fortuna de tener nombres memorables (la rana dorada, el sapo arlequín). La pobre Nannophrys guetheri ni siquiera tuvo esa suerte.
Una rana de Sri Lanka que pertenece a la familia de las ranídeas y que no se ha vuelto a ver en el medio salvaje desde que sus especímenes tipo fueron adquiridos en 1882.
10 Grandes Felinos Extintos
1. El Guepardo Americano
A pesar de su nombre, el guepardo americano (Genus miracinonyx) estuvo más relacionado con los pumas y los jaguares que con los guepardos.
Su cuerpo delgado y musculoso, más parecido a los animales mencionados en el párrafo anterior que al de los guepardos, puede atribuirse a la evolución convergente.
Esto se refiere a la tendencia de los animales que tienen tipos de vida parecidos y habitan ecosistemas similares (en este caso, las llanuras extensas y cubiertas de hierba del África y de América del Norte).
A ello se debe la tendencia de este clase de especies a desarrollar contexturas corporales con muchas similitudes.
El guepardo americano debió extinguirse hace unos 10 000 años, poco después de la última edad glacial, probablemente como resultado de las invasiones humanas a su territorio.
2. El León Americano
Al igual que ocurre con el guepardo americano, las filiaciones felinas del león americano (Panthera leo atrox) están en duda.
Este depredador del Pleistoceno en la actualidad puede estar relacionado más cercanamente con los tigres y los jaguares que con los leones.
Lo asombroso de este felino es que coexistió –y compitió– con el Smilodón (alias tigre dientes de sable) y el Canis dirus, también conocido como «lobo terrible».
3. El Tigre de Bali
Como te habrás podido imaginar por su nombre, el tigre de Bali (Panthera tigris balica) era nativo de la isla indonesia de Bali.
Fue en esa isla donde los últimos especímenes individuales y dispersos se extinguieron hace apenas unas cinco décadas.
Durante miles de años, el tigre de Bali coexistió con los pobladores indígenas de Indonesia.
Sin embargo, este felino nunca estuvo verdaderamente en peligro hasta la llegada de los primeros comerciantes y mercenarios europeos, quienes se dedicaron a su caza sin cuartel hasta llevarlo a la extinción.
La caza del tigre de Bali a veces se daba por proteger a los animales de las granjas, otras, solo por deporte.
4. El León de Berbería (o León de Atlas)
El león de Berbería (Panthera leo leo) fue una apreciada posesión de los lords británicos, quienes buscaban una nueva forma de intimidar a sus siervos.
Los machos de león de Berbería poseían melenas especialmente largas y se cuentan entre los leones más grandes de los tiempos históricos. Su peso llegó a ser de más de 220 kilos por pieza.
Todavía hoy sería posible reintroducirlo en la naturaleza a través de la cría selectiva de sus descendientes dispersos.
5. El León del Cabo
Algunos naturalistas sostienen que no debería contarse entre las subespecies de la Panthera leo. En efecto, se trata de una rama del aún existente, aunque cada vez más raro, león de Transvaal de Sudáfrica.
Cualquiera que sea el caso, los últimos ejemplares de esta especie de león de grandes extremidades expiraron a finales del siglo XIX, y desde entonces no se han registrado avistamientos convincentes.
6. El Tigre del Caspio
De todos los grandes felinos que se han extinguido durante los últimos cien años, el tigre del Caspio es el más majestuoso.
Habitaba desde Irán al Cáucaso y a las vastas y ventosas estepas de Kazajistán y Uzbekistán, y su nombre científico era (Panthera tigris virgata) .
Podemos agradecer a la Rusia imperial, que limitaba con estas regiones, la extinción de estas imponentes bestias.
Oficiales zaristas pusieron recompensa al tigre del Caspio a finales del siglo XIX y principios del XX, y los hambrientos ciudadanos rusos salieron prestos a cobrarla.
Al igual que con el león de Barbary, es posible salvar al tigre del Caspio de la extinción total a través de la cría selectiva de sus descendientes.
7. El León de las Cavernas
Quizás sea el más famoso de todos los felinos extintos cercanos al tigre de dientes de sable, así sea solo por la asociación con el oso de las cavernas, que era lo que el león de las cavernas regularmente merendaba.
Este felino, cuyo nombre científico era Panthera leo spelaea, fue uno de los depredadores de Eurasia durante la era del Pelistoceno.
Curiosamente, no solía habitar en profundas grutas y obtuvo su nombre debido a que algunos de sus especímenes fueron hallados en cuevas europeas, donde la Panthera leo spelaea entraba en busca de su merienda en forma de oso.
8. El León Europeo
Para confusión, lo que los paleontólogos refieren como el león europeo hace alusión, realmente, a tres, más que solo uno. Se trata de la Panthera leo europaea, la Panthera leo tartarica y la Panthera leo fossilis.
Lo que estos tres grandes felinos tenían en común era su relativamente gran tamaño (algunos machos se acercaban a los 180 kilos y las hembras eran un poco más pequeñas).
Fueron vulnerables a la invasión de sus territorios, así como a su captura por parte de los representantes de la temprana «civilización» europea. Los leones europeos aparecen en horribles combates en las arenas de la Antigua Roma.
9. El Tigre de Java
El tigre de Java (Panthera tigris sondaica) fue restringido a una isla en el vasto archipiélago indonesio. Pero a diferencia del tigre de Bali, no sucumbió a causa de la caza implacable de los colonos dispuestos a preservar su ganado.
Su extinción se debió a la implacable invasión de su territorio, pues la población de Java experimentó un violento crecimiento a finales del siglo XIX y comienzos del XX.
El último tigre de Java fue avistado hace pocas décadas, y dado lo abarrotada que se encuentra la isla, nadie tiene muchas esperanzas en que se dé otro avistamiento.
10. El Tigre Dientes de Sable
También conocido como Smilodon, no era técnicamente un tigre y se extinguió al comienzo de la era histórica, hace unos 10 000 años.
Aún así, dado su perdurable lugar en la imaginación popular, el Smilodon merece una mención aquí.
Se trata de uno de los depredadores más peligrosos del Pleistoceno, capaz de hundir sus caninos en grandes mamíferos de la megafauna y esperar cruelmente cerca mientras sus víctimas se desangraban hasta morir.
Sin embargo, a pesar de ser tan intimidante, esta especie no era rival para el Homo sapiens, que lo cazó hasta su extinción poco después de la última Edad de Hielo.
10 Aves que se Han Extinguido
1. El Zarapito Esquimal
Conocido por los colonos europeos como Prairie pigeon, el zarapito esquimal era un ave pequeña e inofensiva. Emigró en una única y gigantesca bandada (desde Alaska y el oeste de Canadá hasta Argentina, a través del oeste de los Estados Unidos y viceversa).
El zarapito esquimal lo pagaba caro en la ida y vuelta de sus viajes. Durante la migración hacia el norte, los cazadores estadounidenses podían atrapar docenas de aves con una sola ráfaga de escopeta.
Los canadienses, por su parte, se abalanzaban sobre ellos en su viaje de vuelta al sur. Su último avistamiento confirmado fue hace unos 40 años.
2. La Cotorra de Carolina
La cotorra de Carolina no fue cazado por comida, sino por moda. Las coloridas plumas de esta ave eran accesorios muy apreciados para los sombreros de las mujeres.
Muchas de estas aves se mantuvieron como mascotas y otras fueron cazadas porque tenían la desdichada costumbre de alimentarse de los cultivos recién plantados.
La última cotorra de Carolina conocida murió en el Zoológico de Cincinnati en 1918, aunque hubo varios avistamientos no confirmados en las siguientes décadas.
3. La Paloma Migratoria
No solo las especies restringidas a unos pocos especímenes aislados corren riesgo de extinguirse. La paloma migratoria fue el ave más poblada del mundo, con vastas bandadas. Llenaron los cielos de Norteamérica durante sus migraciones anuales.
Cazada, acosada y enviada en vagones de ferrocarril por toneladas a las hambrientas ciudades de la Costa Este, la paloma migratoria menguó y desapareció a fines del siglo XIX.
El último espécimen conocido, Martha, murió en cautiverio en el Zoológico de Cincinnati en 1914.
4. El Reyezuelo de la Isla de Stephen (o Chochín de Stephens)
El no volador reyezuelo de las Islas Stephen, del tamaño de un ratón, vivía en Nueva Zelanda.
Al llegar los primeros colonos aborígenes, hace 10 000 años, este pájaro se vio en la necesidad de refugiarse en la Isla de Stephen, a dos millas de la costa.
Allí estas aves subsistieron en un feliz aislamiento hasta la década de 1890, cuando una expedición inglesa de construcción de faros llegó a la isla y soltó a sus gatos domésticos, que rápidamente los cazaron.
5. El Alca Gigante
Ave del género Pinguinus. Su extinción fue un asunto largo y prolongado. Los humanos comenzaron a comerse este pájaro de cinco kilos hace unos 2000 años.
No obstante, los últimos especímenes sobrevivientes solo se extinguieron a mediados del siglo XIX.
Alguna vez era común verlos en las costas e islas del Atlántico Norte, incluyendo Canadá, Islandia, Groenlandia y partes de Escandinavia.
No obstante, el alca gigante tuvo un fallo lamentable: nunca antes había visto seres humanos y no sabía lo suficiente sobre ellos como para huir, por lo que se acercaba y trataba de hacerse sus amigos.
6. El Moa Gigante
Se podría pensar que un pájaro de tres metros y medio de alto y casi tres kilos estaría bien equipado para resistir las depredaciones de los cazadores humanos. Infortunadamente, el moa gigante también fue poco privilegiado con un cerebro inusualmente pequeño.
Pasó larguísimos períodos en su hábitat de Nueva Zelanda, completamente desprovisto de depredadores.
Cuando los primeros humanos llegaron al país, no solo lo asaron, sino que también robaron sus huevos, con los cuales (supuestamente) se podría proporcionar un desayuno buffet para un pueblo entero.
El último avistamiento del moa gigante fue hace más de 200 años.
7. El Pájaro Elefante
La isla de Madagascar es mucho más grande que la cadena de islas de Nueva Zelanda, pero eso no hizo la vida más fácil a las grandes aves que vivían allí y que no podían volar.
El Aepyornis o el pájaro elefante fue un coloso de 10 metros de altura y 220 kilos. No solo fue cazado hasta la extinción por los colonos humanos (el último ejemplar murió hace unos 300 años), sino que sucumbió a las enfermedades transmitidas por las ratas.
8. El Pájaro Dodo
Puede que te sorprendas al ver que el pájaro dodo está tan abajo en esta lista. Pero el hecho es que este pájaro regordete y sin vuelo se extinguió hace ya casi 500 años, convirtiéndolo en historia antigua en términos evolutivos recientes.
Descendiente de una bandada de palomas caprichosas, el pájaro dodo vivió durante miles de años en la isla de Mauricio, en el océano Índico.
Fue sacrificado en breve por hambrientos colonos holandeses que desembarcaron en esta isla y fueron en busca de algo para comer.
9. El Moa Oriental
El moa oriental era relativamente pequeño en comparación con el moa gigante (de solo unos dos metros de alto y 90 kilos).
No obstante, se encontró con el mismo destino infeliz, perseguido hasta la extinción por los colonos.
A pesar de que pudo haber sido más ligero y ágil que su primo, el moa oriental también estaba lastrado con unos pies cómicamente sobredimensionados. Eso hizo que huir simplemente no fuera una opción.
10. El Moa-Nalo
La historia de moa-nalo es muy similar a la del pájaro dodo. Millones de años atrás, una pandilla de patos afortunados flotó hasta las islas hawaianas, donde se convirtieron en aves no voladoras, de piernas gruesas y casi siete kilos de peso.
Hace unos 1200 años, el moa-nalo era fácil de conseguir por los primeros colonos humanos.
Después no solo desapareció de la faz de la tierra, sino que fue completamente desconocido para la ciencia moderna, hasta que varios especímenes fósiles fueron descubiertos a principios de los años ochenta.
10 Peces Recientemente Extinguidos
1. El Blackfin Cisco
Este pez, estrechamente relacionado con el salmón y la trucha, era abundante en los grandes lagos de América del Norte.
Sin embargo, recientemente sucumbió a una combinación de sobrepesca y depredación, no de una sino tres especies invasoras: el alewife, el rainbow smelt y un género de lamprea de mar.
El blackfin cisco no desapareció de los grandes lagos al mismo tiempo. El último avistamiento atestiguado del lago Hurón fue en 1960, en el lago Michigan en 1969 y el último conocido (cerca de Thunder Bay, Ontario) fue en 2006.
2. El Blue Walleye o Lucio Azul
Fue pescado en los grandes lagos norteamericanos desde finales del siglo XIX hasta mediados del XX. El último espécimen fue visto a principios de los ochenta.
No solo fue la sobrepesca lo que llevó a la desaparición del blue walleye. También podemos culpar a la introducción de una especie invasora, el rainbow smelt, y a la contaminación industrial debido a las fábricas circundantes.
3. La Damisela de las Galápagos (o Azurina Epaulama)
Las islas Galápagos es el lugar donde Charles Darwin sentó las bases de la teoría de la evolución. Actualmente este lejano archipiélago alberga algunas de las especies más amenazadas del mundo.
La damisela de Galápagos no fue víctima de la invasión humana. Más bien, este pez comedor de plancton nunca se recuperó del aumento temporal en las temperaturas del agua causadas por las corrientes de El Niño a principios de 1980.
Fue eso lo que redujo drásticamente el plancton. Algunos expertos albergan la esperanza de que los restos de este pez persistan en la costa de Perú.
4. El Corégono o Gravenche
Se podría pensar que el lago de Ginebra gozaría de mayor protección ecológica que los grandes lagos de los Estados Unidos. Pero las regulaciones llegaron demasiado tarde para el gravenche, pariente de salmón largo, que fue sobreexplotado a finales del siglo XIX.
Prácticamente había desaparecido a principios de la década de 1920 y fue visto por última vez en 1950.
5. El Harelip Sucker
Sorprendentemente se sabe poco sobre harelip sucker, que se vio por última vez a fines del siglo XIX. Este pez tenía 18 cm de largo.
Nativo de las corrientes acuáticas de agua dulce del sudeste de los EE.UU., fue capturado en 1859 y solo se describió casi 20 años después.
Para entonces, el harelip sucker ya estaba casi extinto, condenado por la incesante infusión de limo en su ecosistema.
6. El Amanto u Orestias del Lago Titicaca
También conocido como amanto, el Orestias del lago Titicaca era un pez pequeño y poco atractivo. Tenía una cabeza inusualmente grande y una mordida inferior distintiva.
Fue condenado a mediados del siglo XX a causa de la introducción en el lago Titicaca de varias especies de truchas.
Si deseas ver este pez hoy, tendrás que viajar hasta el Museo Nacional de Historia Natural, en los Países Bajos, donde hay dos ejemplares preservados.
7. La Trucha Plateada
De todos los peces de esta lista, se puede suponer que la trucha plateada fue víctima del exceso de consumo humano. Y después de todo, ¿a quién no le gusta la trucha para cenar?
Los únicos especímenes conocidos eran nativos de tres pequeños lagos en New Hampshire, y probablemente eran los restos de una población más grande que fue arrastrada hacia el norte por los glaciares en retirada hace miles de años.
Los últimos ejemplares atestiguados fueron vistos en 1930.
8. El Tecopa Pupfish
Este pez nadó en las aguas termales del Desierto Mojave de California.
El pupfish podría sobrevivir a condiciones ambientales adversas, pero no podría a la invasión humana.
Una «saludable» moda en los años 1950 y 1960 llevó a la construcción de casas de baños en las inmediaciones de las aguas termales, y los manantiales mismos se ampliaron artificialmente y se desviaron.
El último tecopa pupfish fue capturado a principios de 1970 y no ha habido avistamientos confirmados desde entonces.
9. El Thicktail Chub (Cacho de Cola Espinosa)
Comparado con los grandes lagos o el lago Titicaca, el lugar en el que vivía el Thicktail chub era un hábitat relativamente poco atractivo.
Vivía en las marismas, las tierras bajas y las aguas estancadas del Valle Central de California.
En 1900 el diminuto cacho de cola espinosa fue uno de los peces más comunes en el río Sacramento y la Bahía de San Francisco, y ayudó a alimentar a la población del centro de California.
Lamentablemente, este pez fue condenado tanto por la sobrepesca (para atender a la creciente población de San Francisco) como por la conversión de su hábitat para la agricultura. El último avistamiento fue a finales de la década de 1950.
10. La Trucha Degollada de Aleta Amarilla
Se trata de una trucha de 4 kilos y medio, con aletas amarillas brillantes. Se veía en los lagos gemelos de Colorado durante el siglo XIX.
Resultó que la aleta amarilla no era la alucinación de un vaquero borracho, sino una subespecie real de trucha descrita por un par de académicos en 1891.
Infortunadamente, la trucha degollada de aleta amarilla se condenó con la introducción de la trucha arco iris, más fecunda, a principios del siglo XX.
Por fortuna sobrevivió su pariente cercano, la trucha de Cuttlero greenback, que es más pequeña.
10 Animales de Caza Recientemente Extinguidos
1. El Ciervo de Schomburgk
Su nombre rinde tributo a Robert H. Schomburgk, un cónsul británico en Bangkok a mediados de la década de 1860. Su nombre científico es Rucervus schomburgk. Este ciervo era originario de Tailandia.
El ciervo de Schomburgk estaba condenado por su hábitat natural: durante la temporada de los monzones, las pequeñas manadas no tenían más remedio que congregarse en los altos promontorios.
Fue ahí donde los cazadores los recogían fácilmente. Tampoco ayudó que los arrozales invadieran las praderas y los pantanos por donde solía vagar.
El último ciervo de Schomburgk fue descubierto en 1938, aunque algunos naturalistas tienen esperanzas de que aún existan poblaciones aisladas en las aguas estancadas de Tailandia.
2. La Cabra Montés del Pirineo
Una subespecie del ibex español, el ibex pirenaico (Capra pyrenaica), tiene la inusual distinción de haberse extinguido no una, sino dos veces.
El último espécimen conocido murió en el año 2000, pero su ADN se utilizó para clonar un bebé en 2009, que murió después de solo siete minutos.
Afortunadamente, cualquier cosa que los científicos hayan podido aprender de este intento fallido contra la extinción se puede utilizar para preservar las dos especies aún existentes de cabra montés.
Esas dos especies son la cabra montés (Capra pyrenaica victoriae) y la cabra montés del sudeste español (Capra pyrenaica hispanica).
3. El Alce Oriental
Uno de los cérvidos más grandes de América del Norte, el alce oriental. Su nombre científico es Cervus canadensis. Se caracterizó por sus enormes cuernos, que pesaban hasta media tonelada, medían hasta cinco pies de alto y con muchas puntas.
El último alce oriental conocido se filmó en 1877 en Pensilvania. Esta subespecie fue declarada extinguida en 1880.
Al igual que el ibex de los Pirineos, otras subespecies del Cervus canadensis son el alce de Roosevelt, el alce de Manitoba y el alce de las Montañas Rocosas.
4. El Oso Atlas
Si algún animal de caza ha sufrido a manos de la civilización humana, ese es el oso atlas (Ursus arctos crowtheri). Esa caza comenzó alrededor del siglo II d.C., cuando este oso del norte de África fue perseguido implacablemente y atrapado por los colonos romanos.
Luego fue trasladado a varios anfiteatros a lo largo del Imperio, ya sea para devorar a criminales convictos (o a cristianos) o para ser masacrado por nobles a caballo y armados con lanzas.
Sorprendentemente, a pesar de estas depredaciones, las poblaciones del oso atlas lograron sobrevivir hasta fines del siglo XIX, cuando fue cazado el último espécimen en las montañas de Marruecos.
5. El Antílope Azul del Cabo
El Hippotragus leucophagus tiene la desafortunada distinción de ser el primer mamífero africano en ser cazado hasta la extinción en tiempos históricos.
Para ser justos, sin embargo, este antílope ya estaba en un gran problema antes de que los colonos europeos llegaran.
Diez mil años de cambio climático lo habían limitado a mil millas cuadradas de pastizales, mientras que anteriormente se podía encontrar en todo el sur del África.
El antílope azul no era realmente azul, sino que se trataba de una ilusión óptica causada por su pelaje negro y amarillo entremezclado. El último espécimen fue muerto alrededor de 1800, y desde entonces no se le ha vuelto a avistar.
6. El Auroch
Puedes preguntarte si el auroch, el antepasado de la vaca moderna, era técnicamente un animal de caza. Pero esa distinción no tenía importancia para los cazadores que se enfrentaban con un toro furioso de una tonelada desesperado por defender su territorio.
El auroch (Bos primigenius) ha sido representado en numerosas pinturas rupestres, y algunas poblaciones aisladas lograron sobrevivir hasta principios del siglo XVII.
La última auroch documentada, una hembra, murió en un bosque polaco en 1627.
7. El Elefante Sirio
Una rama del elefante asiático, el elefante sirio (Elephas maximus asurus) fue muy apreciado tanto por su marfil como por su uso en la guerra antigua.
Después de florecer en el Oriente Medio durante casi tres millones de años, el elefante sirio desapareció alrededor del año 100 a. C., en un momento en que el comercio sirio del marfil alcanzó su punto máximo.
8. El Alce Irlandés
El alce gigante de género Megaloceros comprendía nueve especies separadas, de las cuales el alce irlandés (Megaloceros giganteus) era el más grande. Algunos machos pesaban hasta tres cuartos de una tonelada.
Con base en la evidencia fósil, se puede decir que el alce irlandés parece haberse extinguido hace unos 7700 años, probablemente a manos de los primeros colonos europeos que codiciaban este cérvido por su carne y sus pieles.
También es posible, aunque lejos de ser probado, que sus enormes cuernos ramificados de 45 kilos fueran un obstáculo para salvarse entre la maleza, lo que apresuró su viaje hacia la extinción.
9. El Hipopótamo Enano de Chipre
El hipopótamo enano de Chipre midió aproximadamente un metro y medio y pesaba alrededor de cien kilos. Un hipopótamo tan delicado, delicioso y del tamaño de un bocado no podría coexistir por mucho tiempo con los primeros pobladores humanos de Chipre.
Esos pobladores lo cazaron hasta su extinción hace unos 10 000 años. El mismo destino lo sufrió un elefante enano que también vivió en las islas que salpican el mar Mediterráneo.
El hipopótamo enano de Chipre padeció de «enanismo insular», una tendencia de los animales grandes a evolucionar a tamaños más pequeños en hábitats isleños; es un motivo común en la evolución.
10. El Ciervo Alce o Alce Euroasiático
El primer espécimen fósil conocido de este cérvido fue descubierto en 1805 por William Clark, uno de los célebres expedicionarios, junto a Mariwether Lewis, que cruzó el oeste de los Estados Unidos entre 1803 y 1806.
Este ciervo de casi 500 kilos, coronado con cuernos, fue cazado hasta la extinción hace unos 10 000 años, después de sufrir numerosas incursiones en su hábitat natural.
De hecho, el ciervo alce (junto al alce irlandés) eran solo dos de las docenas de géneros de mamíferos megafauna que se extinguieron poco después de la última Edad de Hielo, para ser remplazados por sus descendientes más delgados de la Era Moderna.
10 Razas de Caballos Recientemente Extinguidas
1. El Norfolk Trotter
El norfolk trotter está inextricablemente asociado al reinado de Enrique VIII. A mediados del siglo XVI, este monarca ordenó a los nobles de Inglaterra a mantener un número mínimo de caballos de trote.
La intención era, presumiblemente, ser movilizados en caso de guerra o de insurrección. En 200 años, el norfolk trotter se había convertido en la raza de caballos más popular en Inglaterra, favorecida por su velocidad y resistencia.
Este caballo ha desaparecido desde entonces, pero sus descendientes modernos incluyen al standardbred y al hackney.
2. La Cebra Americana
Este equino merece ser incluido en nuestra lista porque es la primera especie identificada del género Equus. Dicha especie comprende todos los caballos, burros y cebras modernos.
La cebra americana (Equus simplicidens) estaba relacionada con la cebra de Grevy (Equus grevyi) del este de África, que todavía existe, y puede o no haber lucido rayas tipo cebra.
Los especímenes fósiles de la cebra americana (todos descubiertos en Hagerman, Idaho) datan de hace unos tres millones de años, durante la última época del Plioceno.
Se desconoce si esta especie sobrevivió en el Pleistoceno posterior.
3. El Caballo Fergana
Este puede ser el único caballo que ha ocasionado una guerra. En los siglos I y II a.C., la dinastía Han de China importó este equino musculoso y de piernas cortas desde Dayuan del Asia Central. El propósito de esa importación era para el uso de su ejército.
Temiendo que se agotaran sus caballos, los Dayuan pusieron fin repentinamente al comercio de estos animales, dando como resultado la corta (pero de nombre colorido) «Guerra de los caballos celestiales».
Los chinos ganaron y exigieron diez ferganas saludables para la cría y una recompensa de 3000 especímenes adicionales.
El ahora extinto fergana era conocido hace muchísimos años porque «sudaba sangre», lo que probablemente era síntoma de una infección endémica de la piel.
4. El Narragansett Pacer
Al igual que muchos de los caballos extintos en esta lista, el narragansett pacer era una raza de equinos, y no una especie.
El narragansett pacer fue la primera raza de caballos diseñada en los Estados Unidos, derivada de las poblaciones británica y española poco después de la Guerra de Independencia.
Más de un personaje (como George Washington) poseía un narragansett pacer, pero este caballo dejó de estar de moda en las décadas siguientes y se agotó por la exportación y el mestizaje.
El pacer no se ha visto desde finales del siglo XIX, pero parte de su material genético persiste en Tennessee walking horse y american saddlebred.
5. El Viejo Caballo Napolitano
Sus miembros eran fuertes y estaban bien unidos y su paso era alto. Se caracterizó por ser muy dócil para la realización de cualquier ejercicio. Pero un buen ojo puede descubrir que sus piernas fueron demasiado pequeñas, lo que pareció ser su única imperfección.
Se trata de una descripción del napolitano, un caballo criado al sur de Italia desde finales de la Edad Media, en la edición de 1800 del The Sportsman’s Dictionary.
Mientras que los expertos sostienen que el viejo napolitano ya se ha extinguido, algunas personas continúan confundiéndolo con el napolitano que aún existe con el mismo nombre.
6. The Old English Black
Sorprendentemente, el old english black no siempre era de color negro. Muchos especímenes de esta raza eran en realidad bayos o pardos.
Tuvo sus raíces en la conquista normanda, en 1066, cuando los caballos europeos traídos por los ejércitos de Guillermo se cruzaron con las yeguas inglesas.
El old english black a veces se confunde con el lincolnshire back, una raza de caballo holandés importada a Inglaterra en el siglo XVII por el rey William III.
Según al menos un genealogista de caballos, el ahora extinto old english black se convirtió en el black horse de leicestershire.
Este a su vez se convirtió en el caballo oscuro de las Midlands, al que sobreviven los clydesdales y shires modernos.
7. El Cuaga
Probablemente es el equino extinguido más famoso de los tiempos modernos. El cuaga era una subespecie de la cebra de las llanuras que vivía en los alrededores de la Sudáfrica moderna. Fue cazado por los colonos Boer, que lo apreciaban por su carne y su piel.
Cualquier cuaga que no haya sido aniquilado y despellejado de inmediato, terminó siendo usado de otras maneras, exportado para su exhibición en zoológicos extranjeros y utilizado para los rebaños de ovejas.
También fue puesto a tirar carretas repletas de turistas en Londres a principios del siglo XIX. El último cuaga murió en un zoológico de Ámsterdam en 1883.
8. El Asno Salvaje Sirio
Se trata de una subespecie del onagro, una familia de équidos estrechamente relacionados con los burros y los asnos. El asno salvaje sirio tiene la distinción de ser mencionado en el Antiguo Testamento.
El asno era uno de los équidos modernos más pequeños identificados hasta ahora, de solo un metro de alto. Era notorio por su carácter desagradable e indomable.
Presumiblemente conocido por los habitantes árabes y judíos del Oriente Medio, este asno entró en el imaginario occidental a través de informes de viajeros europeos en los siglos XV y XVI.
La caza implacable, más las depredaciones durante la Primera Guerra Mundial, lo extinguió por completo.
9. El Tarpán
El Equus ferus ferus, también conocido como el caballo salvaje de Eurasia, ocupa un lugar importante en la historia equina.
Después de la última Edad de Hielo, hace unos 10 000 años, los caballos de América del Norte y América del Sur se extinguieron, junto con otros mamíferos.
Mientras tanto, el tarpán estaba siendo domesticado por los primeros pobladores humanos de Eurasia, lo que permitió reintroducir el género Equus en el Nuevo Mundo, donde una vez más floreció.
A pesar de la gran deuda que tenemos con el tarpán, eso no impidió que el último espécimen cautivo expirara en 1909. Desde entonces los esfuerzos por volver a criar a esta subespecie han tenido un éxito dudoso.
10. El Turcomano
Durante gran parte de la historia, las civilizaciones asentadas de Eurasia fueron aterrorizadas por los pueblos nómadas de las estepas, los hunos y los mongoles.
Parte de lo que hizo que estos ejércitos «bárbaros» hayan sido tan terroríficos fueron sus caballos elegantes y musculosos. Con ellos pisotearon aldeas y aldeanos mientras sus jinetes empuñaban lanzas y flechas.
Para resumir, el caballo turcomano fue la montura favorita de estos pueblos turcos, aunque como secreto militar fue imposible de guardar, pues varios especímenes fueron importados a Europa, ya sea como obsequios de los gobernantes orientales o como botín de guerra.
El turcomano se ha extinguido, pero su noble linaje persiste en la raza más famosa y musculosa del caballo moderno, el pura sangre.
10 Insectos e Invertebrados Extinguidos
1. El Ácaro Nasal del Monje del Caribe
Se trata de un insecto extremadamente especializado, a veces demasiado para su propio bien.
La especie Halarachne american, se extinguió cuando su anfitrión, la foca monje del Caribe, desapareció de la faz de la tierra hace menos de 100 años.
Los únicos ejemplares restantes de este ácaro se recuperaron hace décadas de las fosas nasales de un solo espécimen cautivo.
Si bien es posible que aún se pueda recuperar la foca, es probable que el insecto se haya ido para siempre.
2. La Araña de la Cascada de Red en Forma de Embudo
Las Funnel-web spiders eran comunes en toda Australia y su picadura mató por lo menos a dos docenas de personas durante el siglo pasado. La cascada era nativa de Tasmania, una isla mucho más pequeña en la costa australiana.
Fue víctima de la urbanización. La cascada funnel-web spider (Hadronyche pulvinator) se describió por primera vez en 1926. Solo se observó intermitentemente desde entonces y oficialmente se declaró extinta en 1995.
3. La Polilla de Levuana
El coco es un cultivo comercial importante en la isla de Fiji, y si tú eres un insecto que se alimenta de cocos, puedes esperar la extinción más temprano que tarde.
La polilla de Levuana, Levuana iridiscens, fue objeto de una intensa campaña de erradicación que tuvo mucho éxito a principios del siglo XX.
La mayoría de las plagas de insectos simplemente descansaban o se retiraban a otro lugar, pero el retiro de la polilla de Levuana a un pequeño hábitat insular fue fatal.
Esta polilla ya no se encuentra en Fiji, aunque algunos naturalistas esperan que todavía sobreviva en otras islas del Pacífico.
4. La Lombriz de Tierra del Lago Pedder
La lombriz de lago Pedder (Hypolimnus pedderensis) está sorprendentemente bien documentada. Y es que los científicos han descrito un solo espécimen descubierto en Tasmania en 1971.
Al gusano se le asignó su propia especie gracias a su entorno semiacuático y la falta de poros dorsales, entre otras características.
Lamentablemente, tan pronto como llegamos a conocer a esta lombriz nos vimos obligados a decirle adiós, ya que el lago se inundó deliberadamente en 1972, durante la construcción de una instalación hidroeléctrica.
5. La Gran Mariposa Blanca de Madeira
En cierto modo, esta mariposa es para los entusiastas de las mariposas lo que fue Moby Dick para el Capitán Ahab: una criatura grande, casi mítica, que inspira una especie de manía entre sus admiradores.
Esta mariposa de 5 cm, con distintivas marcas negras en sus alas blancas, fue cazada por última vez en la isla de Madeira a finales de la década de los 70, y no se ha vuelto a ver desde entonces.
Es posible que la Pieris brassicae wollastoni haya sucumbido a una infección viral introducida por otra mariposa y simplemente ya no existe.
6. Pigtoe y el Mejillón Pearly
Los pigtoes se han ido extinguiendo en todo el sureste de Estados Unidos debido a la destrucción de su hábitat natural.
El mejillón pearly abarca numerosas variedades de mejillones nacarados que habitan aproximadamente el mismo territorio y también se encuentran en peligro de extinción.
Aun así, te alegrará saber que los mejillones en su conjunto no se extinguirán pronto.
7. El Caracol de Árbol Polinesio
Los caracoles de árbol polinesios (pequeños gasterópodos inofensivos, anillado) se extinguieron más rápido de lo que los naturalistas pueden rastrear.
De esta familia, los caracoles partula de Tahití desaparecieron de una manera que sería cómica si no fuera tan trágica.
Para evitar que la isla fuera arrasada por una especie invasora de caracol africano, los científicos importaron a la carnívora florida rosy wolfsnail, una especie de caracol canibal que se comió a quien no debía.
8. La Langosta de las Montañas Rocosas
En muchos sentidos, la langosta de las Montañas Rocosas era el insecto equivalente a la paloma mensajera.
A fines del siglo XIX, ambas especies atravesaron América del Norte en enormes cantidades (literalmente trillones de langostas) devastando las cosechas cuando aterrizaban en su ruta.
Mientras que la paloma mensajera fue cazada hasta la extinción, la langosta de las montañas rocosas sucumbió al desarrollo agrícola, ya que los terrenos de reproducción de este insecto fueron reclamados por los agricultores del Medio Oeste.
El último avistamiento se produjo en 1902.
9. La Urania de Sloane
Lo que la gran blanca de Madeira es para los cazadores de mariposas, la urania de Sloane es para coleccionistas de polillas (si es que los hay).
Sin embargo, las probabilidades de capturar un espécimen vivo son prácticamente infinitesimales, ya que la última observación de la urania ocurrió hace más de 100 años.
Esta polilla jamaicana (inusualmente colorida) tenía marcas rojas, azules y verdes iridiscentes a lo largo de sus alas negras, y volaba de día en lugar de en la noche, un hábito común en las polillas tropicales.
La urania de Sloane probablemente fue condenada por la conversión de las selvas tropicales de Jamaica para usos agrícolas, lo que disminuyó su territorio y destruyó las plantas que comían las larvas de esta polilla.
10. Xerces Azul
Esta mariposa tuvo el dudoso honor de extinguirse bajo las narices de, literalmente, millones de personas.
El xerces azul vivió muy cerca de la ciudad de San Francisco a fines del siglo XIX. El último espécimen conocido fue avistado a principios de la década de 1940 en el Área Recreativa del Puente Golden Gate.
No es que los habitantes de San Francisco cazasen las xerces azules con redes de mariposas. Más bien, los naturalistas creen que la mariposa fue víctima de especies invasoras de hormigas llevadas involuntariamente al oeste.
10 Marsupiales Recientemente Extinguidos
1. El Potorú de Cara Ancha
El potorú de Gilbert, el potorú de pies largos y el potorú de nariz larga todavía existen, pero el potorú de cara ancha no se ha avistado desde finales del siglo XIX, por lo que se presume que se ha extinguido.
Este marsupial de un palmo de largo y de cola larga se parecía a una rata, y ya estaba disminuyendo en número antes de que los primeros colonos europeos llegaran a Australia.
Podemos agradecer al naturalista John Gould por haber pintado al potorú de cara ancha en 1844 y a muchos otros marsupiales.
2. El Canguro Rabipelado Occidental
Al igual que con los potorús, los canguros rabipelados de Australia están en peligro crítico, con dos especies luchando por sobrevivir y una tercera que se ha extinguido desde mediados del siglo XX.
Tal y como sus parientes actuales, el canguro rabipelado del norte y el canguro rabipelado Bridled, el canguro rabipelado occidental se distinguió por la punta en el extremo de su cola.
Dicha cola supuestamente ayudaba a compensar su diminuto tamaño, que era de apenas 38 cm de alto.
Este canguro aparentemente sucumbió a la depredación por parte del zorro rojo, que fue introducido en Australia a principios del siglo XIX por colonos británicos con el objeto de disfrutar de la caza deportiva del zorro.
3. El Canguro Rata del Desierto
Este marsupial bulboso (de un pie de largo, que de hecho parecía una mezcla entre una rata y un canguro) fue descubierto a principios de la década de 1840 y pintado en lienzo por el naturalista John Gould.
El canguro rata del desierto desapareció de inmediato durante casi 100 años, solo para redescubrirse en las profundidades del desierto central de Australia a principios de 1930.
Mientras que los intransigentes mantienen la esperanza de que este marsupial de alguna manera haya escapado al olvido (oficialmente se declaró extinto en 1994), es más probable que la depredación de los zorros rojos lo erradicara de la faz de la tierra.
4. La Liebre Ualabí Oriental
Tan triste como que se haya ido, es un milagro que la liebre ualabí oriental fuese descubierta.
Este pequeño marsupial salía exclusivamente de noche, vivía dentro de arbustos espinosos y tenía un pelaje gris. Cuando detectaba algún peligro, era capaz de correr a toda velocidad por cientos de metros y saltar por encima de la cabeza de un hombre adulto.
Como tantos marsupiales extintos de Australia en el siglo XIX, John Gould describió (y representó en el lienzo) la liebre ualabí oriental.
A diferencia de sus parientes, sin embargo, no podemos atribuir su desaparición al desarrollo agrícola o las depredaciones de los zorros rojos.
Era más probable que se extinguiera por los gatos o el pisoteo de sus pastizales por ovejas y ganado.
5. El Canguro Gigante de Cara Corta
Durante la época del Pleistoceno, Australia estaba llena de marsupiales de tamaño monstruoso: canguros, ualabíes y wombats, que podrían haber provocado que el tigre dientes de sable corriera por su vida.
El canguro gigante de cara corta (de nombre genérico Procoptodon) medía unos tres metros de alto y pesaba cerca de 220 kilos.
Al igual que otros mamíferos megafauna, este canguro se extinguió poco después de la última glaciación, hace unos 10 000 años, posiblemente como resultado de la depredación humana.
6. El Wombat Gigante
Tan grande como el canguro gigante de cara corta era el wombat gigante, el Diprotodon. Era tan largo como un automóvil de lujo y pesaba más de dos toneladas.
Afortunadamente para la megafauna australiana, el wombat gigante era un vegetariano devoto.
Al igual que su amigo canguro, el wombat gigante se extinguió a comienzos de la Era Moderna, y su desaparición fue acelerada por hambrientos aborígenes empuñando afiladas lanzas.
7. El Bilby Menor
Si la franquicia de la película Ice Age se mudara a Australia, el bilby menor sería una estrella en potencia.
Este pequeño marsupial estaba equipado con orejas largas y adorables, un morro puntiagudo y una cola que ocupaba más de la mitad de su longitud total.
Presumiblemente los productores se tomarían algunas libertades con su carácter malhumorado.
Infortunadamente, esta criatura omnívora (que habita en el desierto) no podía ser rival para los gatos y zorros introducidos en Australia por los colonos europeos, y se extinguió a mediados del siglo XX.
8. El Bandicut de Pies de Cerdo
Estaba equipado con orejas de conejo, un hocico parecido a una zarigüeya y patas flacas cubiertas por pies extrañamente tocados que le daban un aspecto cómico al saltar, caminar o correr.
Quizás debido a su aspecto extraño, este fue uno de los pocos marsupiales que provocaron remordimiento entre los colonos europeos. Estos al menos hicieron un esfuerzo simbólico, aunque fracasado, por salvarlo de la extinción a principios del siglo XX.
9. El Tigre de Tasmania
Se trata del último en una línea de marsupiales depredadores que se extendieron por Australia, Nueva Zelanda y Tasmania durante la época del Pleistoceno. Bien pudo haberse alimentado del canguro gigante o del wombat gigante.
El Thylacine, como también se le conoce, disminuyó en número en el continente australiano gracias a los aborígenes.
Cuando se mudó a la isla de Tasmania fue presa fácil para los agricultores indignados, que lo culparon de la destrucción de sus ovejas y pollos.
10. El Ualabí de Grey
Si alguna vez has mirado de cerca a un canguro, puedes haber llegado a la conclusión de que no es un animal atractivo. Eso es lo que hizo al ualabí de Grey tan especial.
Este marsupial poseía una constitución inusualmente aerodinámica, una piel suave con bandas, patas traseras relativamente pequeñas y un hocico de aspecto patricio.
Lamentablemente, las mismas cualidades hicieron que ualabí de Grey fuera atractivo para los cazadores, y la implacable depredación humana se vio complementada por la invasión de la civilización en el hábitat natural de este marsupial.
A principios del siglo XX, los naturalistas se dieron cuenta de que el ualabí de Grey estaba en peligro crítico, pero una «misión de rescate» fracasó con la muerte de cuatro especímenes capturados.
10 Reptiles Recientemente Extintos
1. El Galliwasp Gigante de Jamaica
Era una especie de lagarto «anguid» conocido como Celestus occiduus.
Los galliwasps son criaturas misteriosas y secretas que cazan principalmente de noche, por lo que todavía hay muchas cosas que desconocemos sobre su resistencia a la presión ecológica.
Hay variantes nativas de Cuba, Puerto Rico y Costa Rica, pero el galliwasp gigante jamaiquino nunca llegó a un acuerdo con la civilización, razón por la que desapareció por completo hace doscientos de años.
2. La Boa de Madriguera de Isla Redonda
Esta serpiente de un metro de largo solía ser originaria de la isla Mauricio en el Océano Índico, pero fue expulsada a la isla Redonda, mucho más pequeña, gracias a las depredaciones de los colonos humanos y sus mascotas.
El último avistamiento conocido fue en 1996. Para entonces, la erosión del hábitat natural de esta serpiente y su debilidad por las cabras y los conejos ya habían decretado su perdición.
3. Los Escincos de Cabo Verde
Los escincos son los lagartos más diversos del mundo, pues habitan en los desiertos, las montañas y las regiones polares.
Aún así, las especies de escincos son tan vulnerables a la destrucción de su hábitat como cualquier otro animal, como atestigua la desaparición del escinco gigante de Cabo Verde a principios del siglo XX.
El Macroscincus, como se conoce científcamente a este género, no pudo adaptarse ni a los humanos residentes de las islas de Cabo Verde (que apreciaban a este reptil por su valioso «aceite de eslizón») ni a la implacable desertificación de su hábitat natural.
4. El Kawekaweau
El geco más grande que jamás haya existido es el kawekaweau, de más de medio metro de largo. Es posible que te resulte más fácil referirte a él por su nombre alternativo, geco gigante de Delcourt.
Era originario de Nueva Zelanda, hasta que los colonos humanos lo llevaron a la extinción a fines del siglo XIX.
El último Kawekaweau fue asesinado por un caudillo maorí en 1870. No trajo el cuerpo con él como evidencia, pero su descripción detallada fue suficiente para convencer a los naturalistas de que había hecho un avistamiento genuino.
5. La Tortuga Gigante Rodrigues
Esta tortuga gigante tiene dos variedades, las cuales desaparecieron a finales del siglo XVIII: la tortuga cimarrón (que pesaba solo 12 kilos, lo que hace incomprensible lo de «gigante») y la tortuga «De silla de montar», que era sustancialmente más grande.
Ambas vivían en la isla de Rodrigues, ubicada a 350 millas al este de las Mauricio en el océano Índico, y las dos fueron cazadas hasta la extinción por los colonos.
6. La Ameiva Gigante de Martinica
La Ameiva ameiva, es una lagartija esbelta de 45 cm, caracterizada por su cabeza puntiaguda y su lengua de serpiente.
Las ameivas se pueden encontrar en todo el sur y centro de América, así como en el Caribe, pero no en la isla de Martinica, donde se extinguió hace unos cientos de años.
Inusualmente, hay algunas especulaciones de que la ameiva gigante de Martinica pudo haber sido condenada no tanto por los colonos, sino por un huracán gigante que literalmente destrozó su hábitat natural.
7. La Tortuga de Cuernos
Del género Meiolania, vagabundeaba con su media tonelada de peso por los pantanos de Australia hasta hace unos 2000 años, cuando presuntamente fue cazada hasta la extinción por los colonos aborígenes.
Esto en verdad parece bastante extraño, considerando que la Meiolania vino equipada con dos cuernos sobre sus ojos y una cola con púas que recuerda a Ankylosaurus.
8. El Wonambi
Una de las pocas serpientes prehistóricas descubiertas en Australia, el wonambi era un depredador de seis metros de largo y unos 50 kilos, capaz de derribar (aunque tal vez no tragar) a un wombat gigante.
Sin embargo, incluso en el apogeo de sus poderes, el wonambi fue un último aliento evolutivo.
La familia de serpientes de la que descendió, los «madtsoides», ya estaban restringidos a Australia al comienzo de la Era Moderna.
Los wonambi se extinguieron hace unos 40 000 años, o un poco antes, coincidiendo con la llegada de los primeros aborígenes australianos.
9. El Lagarto Monitor Gigante
El Megalania, el «vagabundo gigante», era una lagartija monitora de 7,5 metros de largo y unas dos toneladas de peso que habría puesto a correr por su vida a los dinosaurios terópodos.
El Megalania fue probablemente el principal depredador del Pleistoceno tardío en Australia, que atacaba a la megafauna residente como el canguro gigantesco de rostro corto o el Thylacoleo (el león marsupial).
¿Por qué el lagarto monitor gigante se extinguió hace 40 000 años? Nadie lo sabe con certeza, pero los sospechosos incluyen al cambio climático o la desaparición de las presas habituales de este reptil.
10. La Quinkana
Estaba lejos de ser el cocodrilo más grande que haya existido, pero compensaba su relativa falta de peso con sus patas inusualmente largas y sus dientes afilados, curvos, parecidos a los del tiranosaurio.
Estas características físicas deben haber sido una verdadera amenaza para los mamíferos megafauna del Pleistoceno tardío de Australia.
Al igual que sus compañeros reptiles, el wonambi y el lagarto monitor gigante, la quinkana se extinguió hace unos 40 000 años, ya sea por la caza de colonos aborígenes o por la desaparición de su presa preferida.
10 Musarañas, Murciélagos y Roedores Extintos
1. El Ratón Saltarín de Orejas Grandes
Los mamíferos placentarios han evolucionado durante millones de años para imitar los estilos de vida marsupiales.
Por desgracia, saltar al estilo canguro en el sudoeste del continente no fue suficiente para salvar al ratón saltarín de orejas grandes.
Este roedor sufrió la invasión de colonos europeos (que limpiaron el hábitat de esta especie para fines agrícolas) y fue víctima sin piedad de perros y gatos importados.
Otras clases de ratones saltadores todavía existen (aunque menguan), pero la variedad Big-eared desapareció a mediados del siglo XIX.
2. La Rata Bulldog
Si un roedor puede ser llevado a la extinción en el enorme continente de Australia, imagínate cuán rápido puede ocurrir esto en un área mucho más pequeña.
Originaria de Christmas Island, a más de mil millas de la costa de Australia, la rata bulldog no era tan grande como su homónimo. Solo medio kilo, y gran parte de ese peso consistía en una capa de grasa que cubría un par de centímetros bajo la piel.
La explicación más probable de su extinción es que sucumbió a las enfermedades transmitidas por la rata negra (que se embarcó con marineros europeos durante la era de los descubrimientos).
3. El Zorro Volador Oscuro
Técnicamente un murciélago y no un zorro, era originario de las islas Reunión y Mauricio.
Este murciélago frugívoro tenía la desafortunada costumbre de amontonarse en la parte posterior de las cuevas y en lo alto de las ramas de los árboles, de donde los colonos hambrientos podían sacarlo fácilmente.
Un marinero francés escribió a fines del siglo XVIII, cuando el zorro volador oscuro ya iba camino a la extinción, que «son cazados por su carne, por su grasa, por sus crías, durante todo el verano, todo el otoño y parte del invierno, por los blancos con sus armas, por los negros con sus redes» .
4. El Murciélago Vampiro Gigante
Si eres temeroso, no te entristecerás de la extinción del murciélago vampiro gigante (Desmodus draculae), un chupasangre gigante que revoloteó por América del Sur durante el Pleistoceno (y bien pudo haber sobrevivido hasta tiempos históricos).
A pesar de su nombre, el murciélago vampiro gigante era solo un poco más grande que el murciélago vampiro común que aún existía y probablemente se alimentaba del mismo tipo de mamíferos.
Nadie sabe exactamente por qué el murciélago vampiro gigante se extinguió, pero su hábitat inusualmente extendido (se han encontrado restos tan al sur como Brasil) apunta al cambio climático como un posible culpable.
5. El Ratón Infatigable de las Galápagos
Bueno, lo «infatigable» deriva del nombre de la isla en el archipiélago de Galápagos en que habita, que a su vez deriva del nombre de un velero europeo.
El infatigable ratón de Galápagos sufrió el destino de muchos mamíferos pequeños ante la desgracia de encontrarse con los colonos, incluida la invasión de su hábitat natural y las enfermedades letales introducidas, que hicieron autostop en las ratas negras.
Solo una especie del infatigable ratón de Galápagos, el Nesoryzomys indeffesus, se ha extinguido; la otra, Narboroughi, todavía existe en otra isla.
6. La Rata Lesser Stick-Nest de Australia
Algo así como «rata de nido de palo pequeño», era un roedor que aparentemente se confundió con un pájaro.
Desgradaciadamente, la rata lesser stick-nest era tan suculenta como confiada con los colonos humanos, una receta segura para la extinción.
La última rata viva conocida fue capturada en una película en 1933, pero hubo avistamientos documentados en 1970, y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza mantiene la esperanza de que algunas estén en el vasto interior de Australia.
7. La Hutia Puertorriqueña
Los historiadores creen que nada menos que Cristóbal Colón se dio un festín con este roedor regordete cuando él y su tripulación desembarcaron en las Indias Occidentales a fines del siglo XV.
No fue el hambre excesiva de los exploradores europeos lo que condenó a Hutia. De hecho, había sido cazado por los pueblos indígenas de Puerto Rico durante miles de años.
Lo que acabó con ella fue, primero, una invasión de ratas negras (que se escondieron en los cascos de los barcos europeos) y, más tarde, una plaga de mangostas.
Todavía existen especies de Hutia, especialmente en Cuba, Haití y la República Dominicana.
8. El Pika de Cerdeña
En 1774, el sacerdote jesuita Francesco Cetti recordaba la existencia de «ratas gigantes, de las cuales la tierra es tan abundante».
En realidad el pika sardo era un conejo más grande que el promedio, que carecía de cola, un primo cercano del pika corso que vivía próxima a Cerdeña.
Al igual que otros animales extintos en esta lista, el pika de Cerdeña tuvo la desgracia de ser sabroso, y fue considerado un manjar por la misteriosa civilización «Nuragici» nativa de la isla.
9. El Roedor de Vespucci
Cristóbal Colón no fue la única celebridad que avistó un exótico roedor del Nuevo Mundo. El roedor de Vespucci lleva el nombre de Amerigo Vespucci, el explorador que prestó su nombre a dos vastos continentes.
Esta rata era originaria de las islas de Fernando de Noronha, a unas doscientas millas de la costa noreste de Brasil.
Al igual que otros mamíferos pequeños, el roedor Vespucci estaba condenado por las plagas y mascotas que acompañaron a los primeros colonos europeos, incluidas las ratas negras, el ratón doméstico común y los gatos atigrados.
A diferencia de Colón y la hutia puertorriqueña, no hay evidencia de que Américo Vespucio realmente hubiera comido una de sus ratas epónimas, que se extinguió a fines del siglo XIX.
10. El Conejo Rata de Patas Blancas
Era inusualmente grande (aproximadamente del tamaño de un pequeño gato) y hacía nidos de hojas y pasto. También se extinguió condenada por especies invasoras (como gatos y ratas negras), así como la destrucción de su hábitat natural.
El último avistamiento bien atestiguado fue a mediados del siglo XIX; desde entonces, no se ha vuelto a ver.