Mi mamá, Mi hermano y yo nos mudamos un pequeño apartamento y no teníamos nada.
La gente de la iglesia nos regaló ollas, sartenes, sofás, camas y comida.
Mi papá sacó todo su dinero del banco y literalmente dejó a mi madre con el dinero que tenía en su bolsillo.
No había nada que ella pudiera hacer.
No teníamos familia cercana.
No teníamos ningún apoyo más que los extraños de la iglesia.
Sólo empecé a darme cuenta por lo que pasó mi madre trabajando en varios trabajos cuando me convertir en un padre soltero.
Nunca entendí cuando estaba más joven la lucha y el esfuerzo por la que ella tuvo que pasar por mi hermano y yo.
Ella no dejó de luchar.
Se agotó trabajando para sobrevivir.