Hace un tiempo Sophie Royce comenzó a sentirse mal del estómago. Esta estudiante de enfermería pensó que se trataba sólo de un parásito o un malestar pasajero y trató de ignorar los síntomas ¡En cuestión de días estaba siendo ingresada en el hospital con una infección grave!
Fue diagnosticada con septicemia meningocócica, una forma de meningitis bacteriana que se había esparcido por todo su torrente sanguíneo. A medida que sus órganos comenzaban a fallar, su familia se preparó para lo peor… pero entonces algo increíble sucedió.
Cuando Sophie Royce, estudiante de enfermería de 25 años comenzó a sentirse mal del estómago en el 2013, estaba segura de que tenía un parásito común que pasaría pronto. Sin embargo, en pocos días tuvo que ser internada en el hospital…
No era un parásito. Fue diagnosticada con una rara forma de meningitis bacteriana llamada septicemia meningocócica, lo que significaba que todo su torrente sanguíneo estaba infectado. Los doctores intentaron todo lo que pudieron para ayudarla. Pero uno por uno, sus órganos comenzaron a fallar. Le dieron un 1% de probabilidades de sobrevivir.
Los miembros de la familia de Sophie estaban dándole la última despedida, cuando los doctores la engancharon a una máquina de oxigenación de la membrana extracorpórea (ECMO) Que ayudó a sus pulmones a recuperarse. Lentamente, con ayuda de treinta y siete transfusiones de sangre, comenzó a mejorar.
Desafortunadamente, cuando se encontraba en shock séptico y su sistema inmune estaba destruido, sus extremidades desarrollaron gangrena, y hubo que amputarle los dedos de los pies y las manos. De cualquier forma, ¡Sophie estaba agradecida de estar viva!
El camino de la recuperación no ha sido sencillo para Sophie, y en los tres años desde que casi muere, ha tenido que lidiar con infecciones recurrentes y enfrentar casi treinta operaciones por varios problemas persistentes.
Sophie de algún modo se las arregla para mantener una perspectiva positiva. Actualmente ayuda a fomentar la consciencia sobre la meningitis a través de la “Fundación para la investigación sobre la meningitis”. Además, sigue persiguiendo su sueño de convertirse en una enfermera. Para así devolver al mundo un poco de la amabilidad que enfermeras y doctores tuvieron con ella.
¡Qué tremenda prueba! No es nada menos que un milagro que Sophie fuera capaz de recuperarse y salir adelante después de estar a punto de perder la batalla contra algo mucho peor que un parásito.
¡Comparte esta inspiradora historia con todas las personas que como Sophie, han pasado por una gran y difícil prueba de vida!
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