Odio todos los clichés que existen sobre perdonar.
Sé que todos los refranes, todos los consejos, todas las opiniones sobre el tema ya que he recorrido todo lo que hay sobre el tema. He leído todos los artículos sobre dejar ir la ira. He escrito frases de Buda en post-its y los he pegado en las paredes. Sé que no es fácil. Sé que la distancia entre decidir perdonar y realmente sentirse en paz parece imposible de recorrer. Lo sé.
El perdón es un terreno vasto, imposible de atravesar para los que buscamos justicia. Solo pensar en dejar ir a alguien sin castigarlo por lo que hizo nos enferma. No queremos simplemente lavarnos las manos. Queremos estar parejos. Queremos que ellos carguen el peso de lo que nos han hecho.
El perdón parece la máxima traición contra ti mismo.
No quieres dejar de pelear por justicia después de lo que te pasó. La ira arde dentro de ti y te llena de toxicidad. Tú lo sabes, pero no lo puedes dejar ir. La ira es inseparable de ti, como tu corazón, pulmones o mente. Conozco el sentimiento.
Pero aquí está la cosa con la ira: es una emoción instrumental. Estamos enojados porque queremos justicia. Porque creemos que es útil. Porque asumimos que entre más enojados estemos más grande será el cambio que generemos. La ira no nos deja ver que el pasado ya se fue y el daño ya está hecho. Te dice que la venganza resolverá las cosas. Que es lo que debes hacer en la búsqueda de justicia.
Pero la justicia que buscamos no siempre es realista.
Seguir enojado es como arrancarse la costra de una cortada porque crees que si la herida sigue abierta, no te quedara una cicatriz. Es creer que algún día la persona que te lastimó va a venir a coser la herida de tal manera que no te darás cuenta que alguna vez estuvo ahí. La verdad sobre la ira es que es un rechazo a sanar porque estás asustado. Estás asustado de la persona que serás cuando las heridas sanen y tengas que vivir con tu nueva y desconocida piel. Quieres quedarte con tu piel vieja. Por eso la ira te dice que conserves la herida abierta.
Cundo estás enojado, el perdón parece imposible. Queremos ser capaces de perdonar porque sabemos que es la opción más sana. Queremos la paz que el perdón ofrece. Y la liberación. Queremos que se vaya la locura. Pero no podemos encontrar una manera de llegar ahí.
Por que aquí está todo lo que nadie te dice sobre el perdón:
No va a resolver nada. No es un borrador que va a eliminar todo lo que te ha pasado. NI deshace el dolor con l que estás viviendo y no te trae paz inmediata. Encontrar la paz es una batalla larga y difícil. El perdón es sólo el agua que bebes para estar hidratado mientras tanto.
El perdón es dejar de esperar un pasado diferente. Es saber que el pasado terminó, está fijo y que la destrucción que dejó no puede ser reconstruida para parecerse a lo que era. Aceptar que no existe una solución mágica para reparar el daño. Es la realización de que por más injusto que haya sido el huracán, tienes que vivir en las ruinas que dejó. Y ninguna cantidad de ira va a reconstruir esas ruinas. Tienes que hacerlo tú mismo.
Perdonar es aceptar la responsabilidad.
No por causar la destrucción, sino por repararla. Es la decisión que restaurar tu paz tiene mayor importancia que perturbar la de alguien más.
Perdonar no quiere decir que tengas que hacer las paces con quien te lastimó. No quiere decir que se vuelvan amigos, simpatizar con ellos o validar lo que te han hecho. Solo es aceptar que dejaron una marca en ti. Y que para bien o para mal, ahora tienes que cargar con ese peso. Quiere decir que ya no vas a esperar a que la persona que te hirió venga a curarte. Es la decisión de curarte tu solo, sin importar las cicatrices que te queden. Es la decisión de seguir avanzando con cicatrices.
El perdón no es dejar que la injusticia reine.
Es crear tu propia justicia, tu propio karma y tu propio destino. Es volverte a poner de pie y decidir que el resto de tu vida no será miserable a cause de lo que te pasó. Significa caminar valientemente hacia el futuro con todas las cicatrices que has recolectado en el camino.
El perdón es no dejar que lo que te sucedió te defina.
Perdón no es renunciar a tu poder.
El perdón significa que estás listo para recuperarlo.
!Comparte estas hermosas palabras con todas las personas que ames!
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