Estoy bastante seguro de que todos podemos identificar a una persona que es negativa constantemente. La persona que se nos viene a la mente ve el vaso medio vacío, pero insiste en definirse a sí misma como realista.
Las cosas nunca son buenas para estas personas y siempre son víctimas de algo o alguien, e incluso le quitan muchísima energía a la gente que las rodea, ya que esta postura es increíblemente agotadora para los demás. Existen distintas energías drenantes, pero de todas ellas surge una de importancia fundamental: la negatividad.
Tipos de drenantes
Quejarse es parte de la cultura de hoy, y muchos de nosotros nos quejamos en ocasiones casi sin darnos cuenta de lo que estamos haciendo. El Dr. Robin Kowalski, profesor de Psicología en la Universidad Clemson, explica que todos se quejan, en algún punto, al menos un poco.
Existe algunas variantes cuando se trata de quejosos. Estamos seguros de que puedes asociar un rostro a cada categoría diferente:
- Insatisfechos: son personas muy descontentas que no quiere escuchar soluciones, sin importar cuán útiles puedan llegar a ser.
- Buscadores de compasión: conoces este tipo. Son aquellos que siempre están en busca de atención con su actitud de “lo tengo peor que tú” o sus constantes comportamientos de “todo es una porquería”.
- Quejosos crónicos: aquellos que viven en un estado permanente de queja, acción llamada por algunos investigadores como “rumiación”. En términos sencillos, esto significa pensar y lamentarse sobre un problema una y otra vez. En lugar de sentirse aliviado después de quejarse o lamentarse, este tipo de quejoso en realidad puede hacer que las cosas empeoren y generar más preocupación y ansiedad en su vida.
Por supuesto que los episodios de negatividad son completamente normales y fomentan el reajuste de nuestros sistemas, pero es muy importante que seas consciente si estás siendo excesivamente negativo porque la negatividad engendra más negatividad.
La negatividad reconfigura tu cerebro:
Donald Hebb, un neuropsicólogo, creía que las neuronas que se activan juntas, se conectan juntas. Lo que quiso decir con esto es que los grupos de neuronas se conectan en nuestro cerebro como resultado de las experiencias de vida individuales.
Por ejemplo, siempre que tenemos un pensamiento, un sentimiento o una sensación física, miles de neuronas son accionadas y todas ellas se reúnen para formar una red neuronal. El cerebro aprende a accionar las mismas neuronas con el pensamiento repetitivo.
Básicamente, si te enfocas en la crítica, la preocupación y la victimización, tu mente encontrará más sencillo sacarán a relucir esos mismos pensamientos para situaciones similares. Nuestros patrones de pensamiento cablean nuestros cerebros para reaccionar positiva o negativamente a las situaciones que se nos presentan. Nosotros mejoramos en lo que practicamos, entonces ¿por qué no intentamos ser un poco más positivos?
Cuatro trucos para evitar la negatividad:
- Sé agradecido: incluso por las cosas más pequeñas.
- Sé consciente de ti mismo: date cuenta si estás quejándote o lamentándote. Deja de quejarte. Felicítate a ti mismo por ser consciente.
- Construye un nuevo canal: podemos crear un nuevo canal para sentimientos agradables. Cuanto más a menudo le permitimos a nuestras mentes recordar las cosas buenas, más fácilmente se constituyen ese tipo de pensamientos.
- Ejerce la sabiduría práctica: la sabiduría práctica es liberarse de lo que no es provechoso y cultivar lo que es fructuoso.