Todos hemos oído que el cuerpo humano está compuesto principalmente por agua y que necesitamos consumir una cierta cantidad de este líquido para sobrevivir. Tus músculos y riñones están compuestos por un 73% de agua; tu sangre es un 83% de agua; tus pulmones están formados por un 90% de agua y tu cerebro está hecho de un 76% de agua. Perdemos agua cuando respiramos y diariamente a través de la orina y el sudor, por lo que la reposición es vital.
A muchos de nosotros se nos ha dicho que debemos beber diariamente entre 6 y 8 vasos de agua por día, pero cuando le preguntamos a los pacientes acerca de su ingesta de agua, me dicen que 2 tazas es el promedio diario. Generalmente, los hombres necesitan consumir 3 litros (12 vasos) por día y las mujeres necesitan beber 2.2 litros (9 vasos) por día para gozar de una hidratación óptima. No consumir la cantidad recomendada de agua puede conducir a una deshidratación leve que se manifiesta en múltiples síntomas.
10 signos de que no estás bebiendo suficiente agua
Tu orina es de color amarillo oscuro
Con frecuencia este es el primer signo de que no estás bebiendo suficiente agua. Generalmente, la orina debería ser de color amarillo claro. Cuando una persona no consume suficiente agua, los riñones excretan una mayor concentración de productos de desecho en la orina, incluyendo células sanguíneas muertas, toxinas, proteínas y otros productos que necesitan ser eliminados del cuerpo, lo cual resulta en una orina más oscura.
Se reduce tu diuresis (gasto urinario)
La mayoría de las personas orinan entre 6 y 7 veces dentro de un período de 24 horas. Cuando no bebes suficiente agua, hay menos líquido disponible para reponer los líquidos que están siendo excretados del cuerpo. Los riñones intentan retener tanto líquido como sea posible para prevenir la deshidratación. Si orinas menos de 6 veces al día, revisa tu ingesta de agua e increméntala de ser necesario.
Sufres de constipación
La deshidratación es una de las causas más comunes de constipación, y con frecuencia la constipación puede ser solucionada mediante el incremento de la ingesta de agua. Si no estás completamente hidratado, tu cuerpo tratará de absorber agua de donde sea que pueda, incluyendo tu colon. Una cantidad suficiente de agua en el intestino grueso es crucial para formar heces blandas y fáciles de propulsar. Naturalmente, una falta de agua llevará a heces más duras que son difíciles de expulsar.
Para prevenir o tratar la constipación, asegúrate de que estás consumiendo cantidades adecuadas de agua, sumado a un aumento de la ingesta de fibra presente en frutas y vegetales.
Tu piel está seca y las arrugas están más definidas
La mayoría de las mujeres se basan en costosas cremas hidratantes para mantener su piel suave y tersa. Algunas personas pagan elevados precios por procedimientos para reducir y eliminar las líneas de expresión y arrugas. Antes de gastar tu dinero, incrementa tu ingesta de agua. De acuerdo a la Dra. Diana Howard, la deshidratación puede llevar a tener una piel irritada, inflamada, sensible y con comezón. En casos severos, la piel puede presentar descamación y enrojecimiento severos, con grietas y sangrados. Simultáneamente, cuando tu piel pierde humectación, las células de arrugan y marchitan, provocando que las arrugas aparezcan más definidas y hagan que la piel luzca envejecida. La mejor manera de revitalizar tu piel es nutrirla con agua.
Sientes hambre y aumentas de peso
El cuerpo es tan intrínsecamente inteligente, pero tiene un fallo: no reconoce la diferencia entre hambre y sed. El hipotálamo, la parte del cerebro responsable de regular el hambre y la sed, a menudo se confunde, causando retortijones de hambre en respuesta a la sed. Tomar un bocadillo en lugar de un vaso de agua conduce a una ingesta calórica excesiva y ganancia de peso.
Si estás tratando de mantener o perder peso, asegúrate de que estás bebiendo cantidades adecuadas de agua. Si te sientes hambriento, agarra un vaso de agua antes de ir por un bocadillo y espera unos 10-15 minutos para ver si el hambre ha cedido o si aún está presente. Si todavía sientes hambre, entonces es hambre real y es tiempo de comer.
Sientes sed y tienes la boca seca
Créase o no, estar sediento por agua es un signo de que ya estás ligeramente deshidratado. Una boca seca a menudo acompaña la sed y significa que las membranas mucosas en el cuerpo necesitan hidratación. La única manera de resolver la sed y la sequedad bucal es beber agua a lo largo del día.
Sufres dolores de cabeza
Cuando no bebes suficiente agua, tu cuerpo intentará preservar y reabsorber agua de todos los tejidos para compensar la falta de ingesta de fluidos. Posteriormente, tus tejidos cerebrales pierden un poco de su hidratación y se encogen, alejándose del cráneo. Los receptores del dolor son gatillados y se produce el dolor de cabeza. Además, cuando bebes poca agua el volumen de sangre cae, reduciendo la cantidad de oxígeno que es transportado hasta el cerebro. En respuesta, los vasos sanguíneos del cerebro se dilatan, llevando a hinchazón e inflamación, e intensificando el dolor de cabeza.
Te sientes fatigado
De acuerdo a un estudio del año 2011, la deshidratación leve puede causar fatiga, cansancio y baja energía. Cuando estás deshidratado y disminuye el volumen sanguíneo, el corazón tiene que trabajar más duro para impulsar el oxígeno y los nutrientes a través del cuerpo. La próxima vez que te sientas cansado, evita el café, el cual causa deshidratación, y bebe un vaso de agua.
Experimentas dolor articular
El agua actúa como un lubricante para las articulaciones, permitiendo que los huesos se deslicen entre sí con los movimientos articulares. Cuando el organismo no recibe suficiente agua, las articulaciones sufren carencia de nutrientes, causando daño a las células del cartílago. Si estás crónicamente deshidratado, a la larga tus células alcanzarán un punto crítico y el cartílago se degenerará sin posibilidades de reparación.
Tu sistema inmune está debilitado
La deshidratación incrementa la concentración de toxinas en la sangre, las cuales pueden debilitar el sistema inmune. Una hidratación óptima es esencial para asistir en la eliminación de cualquier producto derivado de una enfermedad y ayudar al sistema inmune a evitar las infecciones.
¿Has experimentado alguno de estos síntomas relacionados con la deshidratación?