Todos tenemos nuestros pasatiempos, las cosas que hacemos para desestresarnos después de un largo día, para relajarse y consentirnos con algo que disfrutamos hacer. Si nunca has probado tejer, los resultados de este estudio pueden ser suficientes para convencerte de iniciar este hábito.
La terapeuta Betsan Corkhill encuestó a 3535 tejedores, y más de la mitad dijo que se sentían “muy felices” después de tejer. Muchos afirmaron que tejían específicamente para relajación y liberación de estrés, y los que tejían con más frecuencia reportaron más alivio mental y emocional que aquellos que lo practicaban con menor frecuencia, ellos reportaron sentirse más calmados, más felices, menos tristes, menos ansiosos, y más confiados.
Tejer con amigos puede ayudar al bienestar de la mente y cerebro al mejorar la resolución de problemas y la atención, y ayudando en el desarrollo de la coordinación mano-ojo y la percepción espacial. También te puede dar un sentido de orgullo y logro, enseñarte paciencia y perseverancia, estimula la creatividad, y facilita la formación y recuperación de recuerdos.
El estudio de Corkhill concluyó: “Tejer tiene beneficios psicológicos y sociales significativos, que pueden contribuir a mejorar nuestro bienestar y calidad de vida.” Un agregado interesante del estudio fue que se descubrió que la gente que teje como parte de un grupo era incluso más feliz que aquellos que tejen solos.
Corkhill explicó: “Tejer como manera de alcanzar un estado mental de meditación le podría permitir experimentar a una población más grande los beneficios de la meditación, ya que no requiere tener que entender, aceptar o participar en la práctica por un tiempo prolongado. Es solo un efecto secundario natural de tejer.”
Algunos se refieren a tejer como “el nuevo yoga”. Investigaciones muestran que tejer y otras formas de artesanía como coser o hacer crochet tienen mucho en común con la atención y meditación. También se ha reportado un impacto positivo en la salud y bienestar mental.
Las buenas noticias: si tejer no es lo tuyo, estos efectos no solo se limitan a una aguja y un pedazo de hilo. Los neurocientíficos han estado estudiando otras formas de creatividad y han descubierto que otras actividades como cocinar, dibujar, fotografía, arte, música, decoración de repostería, y hasta crucigramas son beneficiosos para tu salud.
Cuando somos creativos, nuestros cerebros liberan dopamina, que es un antidepresivo natural. La creatividad normalmente requiere una sincera concentración, y puede llevar a sentirse estimulado naturalmente. Muchos científicos creen que hay una conexión entre las actividades creativas y la habilidad para reducir el deterioro cognitivo asociado con el envejecimiento. Participar en actividades creativas puede ayudar también a aliviar la depresión.
Piensa en los momentos que pasas haciendo algo creativo que disfrutas; quizá sea leer, tejer, tomar fotos o hacer un álbum de recortes. ¿No te hace sentir genial? Tomarse el tiempo de activar la creatividad y hacer algo que disfrutas te da tiempo para desestresarte y relajarte, además de hacerte sentir bien porque haces algo que te disfrutas. Las investigaciones apuntan que las prácticas creativas mejoran la depresión, ansiedad y habilidades de adaptación, además que mejoran la calidad de vida y reducen el estrés de manera significativa, todo esto vital para mantener la salud y bienestar del cerebro.
¿Qué piensas? ¿Quieres ver cómo te va tejiendo?
