Mientras crecíamos, nuestros padres hacían lo que podían para prevenirnos de los peligros de la presión social. “¿Si todo mundo salta de un puente, tú también lo haces?” Solían preguntar con sarcasmo. Claro que decíamos que no, pero no siempre es tan sencillo.
Puede que no escuches muy a menudo sobre la histeria colectiva, pero es una epidemia que ha hecho su aparición en el presente y a lo largo de toda la historia de la humanidad. Cada cuando, grupos de personas se ven misteriosamente golpeados por el mismo anhelo, condición o impulso, aparentemente sin explicación. Algunos de estos comportamientos son inofensivos, pero otros llevan una marca verdaderamente perturbadora.
1: La histeria nerviosa.
En la escuela William Bird en la localidad de Virginia, en el 2003, un estudiante fue enviado a casa enfermo con mareos y temblores. Para el final de la semana, 300 de los 1200 estudiantes estaban en casa con síntomas similares. No pudo determinarse ninguna causa ambiental creíble y eventualmente el accidente entero fue achacado a un caso de histeria colectiva.
2: La histeria de las fresas con azúcar:
en Portugal, en el año 2006, más de 300 niños enfermaron con erupciones cutáneas misteriosas y una sensación generalizado de “debilidad”. Pronto salió a la luz que estos eran síntomas de una letal pero imaginaria epidemia que golpeó a los estudiantes de una secundaria ficticia de una novela de televisión portuguesa: Fresas con azúcar.
3: La histeria del desmayo:
En 1983, estudiantes árabes de secundaria en Cisjordania estaban desmayándose en clases, aseverando haber olido algo extraño en el salón antes de golpear el suelo. Sospechando envenenamiento, culparon a los israelíes, pero esto fue rápidamente descartado. Eventualmente se reveló que se trataba de una reacción histérica debida al estrés.
4: La histeria de McMartin Daycare:
en 1983, una mujer inestable acusó a Raymond Buckey, hijo del dueño de la empresa “Daycare”, de molestar sexualmente a su hijo. Cuando la policía hizo públicos los cargos, más de doscientos padres de familia “sacaron a la luz” que incluían violencia sexual y rituales satánicos. Eventualmente se determinó que la causa fue una oleada de histeria colectiva y el acusado fue hallado inocente.
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5: La histeria de risa de Tanganyika:
En 1962, un grupo de estudiantes tanzanianos de primaria comenzó a reír sin razón aparente a la mitad de una clase. No podían parar. Las carcajadas se esparcieron por toda le escuela, haciendo imposible que las clases continuaran por espacio de semanas enteras. Sin tener una causa clara, las autoridades culparon a los altos niveles de estrés.
6: La histeria del atacante misterioso de Halifax:
En 1938, dos mujeres reportaron haber sido atacadas y cortadas en el rostro con una navaja por un hombre extraño y furioso. Cuando las noticias salieron al día siguiente, otras trece mujeres reportaron ataques. Después de muchas horas de interrogatorio, la investigación arrojó que cada una de las mujeres involucradas había confesado haberse hecho ellas mismas las heridas.
7: La histeria del Insecto besador azul:
En 1899, el insecto besador (así llamado por su preferencia a succionar sangre de la piel delgada de los labios y el rostro) se convirtió en causa de histeria colectiva después de que algunas de sus presuntas víctimas murieran a causa de infecciones. Pese a las aseveraciones de que las muertes eran fenómenos aislados e independientes, los periódicos publicaron titulares que provocaron que las personas intentaran capturar y erradicar a estos insectos.
8: la histeria de las brujas de Salem:
En el que quizá es el mejor ejemplo conocido de la historia de histeria colectiva, en 1692 dos jóvenes fueron diagnosticadas con “mal de ojo” por un doctor del pueblo d. Pronto, la mayoría de las demás chicas en el pequeño pueblo de Massachusetts habían caído también víctimas de la “maldición”. Las acusaciones comenzaron a volar como la pólvora, lo que provocó que docenas de jóvenes inocentes fueran quemadas en la hoguera.
9: La histeria de la plaga de danza:
En 1518, los habitantes de una ciudad medieval de Francia no podrían parar de bailar. Lo que comenzó con dos pueblerinas bailando en la calle terminó en cuatrocientas personas que no podrían parar. Algunos de hecho murieron de extenuación. La causa nunca fue identificada, pero algunos culpan a la histeria colectiva.
10: La histeria de los gatos:
En la edad media, un extraño tipo de histeria afectó todo un convento en Inglaterra. Todas las monjas gradualmente comenzaron a maullar como gatos y a morderse entre ellas. Se requirieron amenazas del gobierno local para que finalmente pararan, o de lo contrario se enfrentarían a una paliza.
Aunque algunos suenen a broma, estos casos históricos documentados prueban que la histeria colectiva es siempre una amenaza.
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