¿Tus abuelos sufrían de alergias alimentarias? Los míos no. Una dura comparación a la creciente epidemia de las alergias alimentarias, que empeoran con cada generación.
¿Entonces por qué tus padres no tenían alergias a los alimentos? Es muy simple.
1) Ellos comían comida fresca.
La comida venía de granjas y pequeños mercados a principios del siglo XX, y ya que todavía no se usaban preservativos en los alimentos, la comida era fresca. Por no comer comida procesada, sus dietas eran densas en nutrientes y es permitían obtener la nutrición necesaria con su comida. Para los bebés, no faltaba la leche fresca.
2) Ellos no hacían dieta, ni jugaban juegos restrictivos con su cuerpo y metabolismo. Comían cuando había comida disponible.
Nuestros abuelos no eran víctimas de la dieta que estuviera de moda, el mercadeo de alimentos, el conteo de calorías, y otros hábitos alimenticios dañinos que son populares hoy (en parte porque la infraestructura del mercadeo no existía todavía). Por esto tenían un metabolismo saludable, y comían según las necesidades y antojos de su cuerpo.
3) Ellos cocinaban en casa, usando métodos tradicionales de preparación.
Comprar comida procesada no era una opción y comer afuera era un lujo poco frecuente. Por suerte para nuestros abuelos, estos hábitos mejoraron su salud.
4) No comían transgénicos, aditivos, estabilizantes ni aglutinantes.
La comida aún no era tratada con aditivos, antibióticos ni hormonas para preservar la duración de almacenamiento y llenar los bolsillos de los productores a expensas de la salud del consumidor.
5) Ellos se comían el animal completo, incluyendo caldos de huesos ricos en minerales y carnes de órganos.
Los huesos de los animales se guardaban o se compraban para hacer caldos y sopas, y las carnes de órganos siempre tenían un lugar especial en la mesa. Estas comidas eran valoradas por sus propiedades medicinales, y nunca se desperdiciaban.
6) Ellos no iban al doctor cuando se sentían enfermos ni tomaban medicamentos. Las visitas médicas eran para heridas accidentales o enfermedades que pusieran en riesgo sus vidas.
Cuando les daba fiebre, esperaban que pasara. Cuando se sentían enfermos, tomaban sopas, caldos y descansaban mucho. No tenían el acceso fácil a enfermeras y médicos que tenemos hoy, y confiaban en el proceso curativo del cuerpo mucho más que nosotros hoy. Su comida era medicina, lo supieran o no.
7) Pasaban mucho tiempo afuera.
Nuestros abuelos no tenían la opción de quedarse en casa y jugar con sus teléfonos, computadoras o consolas de juego. Jugaban al natural: ¡bicicletas, columpios y con la madre naturaleza!
¿Y qué tienen que ver estas cosas con las alergias alimentarias?
La nutrición afecta CADA célula de nuestros cuerpos. La salud de nuestras células depende de la dieta y estilo de vida. Las células crean tejidos, los tejidos crean órganos, y somos un sistema de órganos. Si tu nutrición es inadecuada, la integridad de cada célula, tejido y órgano de tu cuerpo sufrirá, haciéndote MÁS sensible a ciertos alimentos.
¿Qué piensas tú? ¡Comparte tu opinión en los comentarios!
