Una investigación revela como el azúcar causa cáncer

El americano promedio consume su peso corporal anualmente de esta sustancia causante de cáncer, y aun así los hospitales libremente alimentan a sus pacientes de cáncer con ella, ignorantes al daño que hace.

Los hospitales alimentan a los pacientes de cáncer con azúcar y dietas de mucho carbohidratos por una razón: son abismalmente ignorantes del rol que cumple la nutrición en la salud y en la enfermedad – he ahí su crecimiento notable y sus cuartos llenos.

Aunque la ciencia de por sí lo muestra – al menos desde mitad de los años 20 con la hipótesis de cáncer de Otto Warburg – que el tumor prefiere utilizar la fermentación del azúcar para producir energía mucho más que la más eficiente fosforilación con base en oxígeno – los hospitales han invitado a corporaciones como McDonalds a mudarse a sus instalaciones para “mejorar” la experiencia gustativa del paciente, supuestamente para proveer de comodidad y aliviar el peso de una cirugía dolorosa, radiación y quimo terapias erróneamente ofrecidos como el único “cuidado estándar” razonable.

Pero los tiempos están cambiando, con nuevas investigaciones requiriendo a estas instituciones médicas reformar sus estrategias dietéticas, al menos si desean alegar que sus intervenciones son de hecho “basadas en evidencia”.

Nuevo estudio revela que el azúcar no solo alimenta el cáncer sino que también lo causa

Un nuevo estudio innovador,  descubierto por uno de nuestros investigadores voluntarios en GreenMedInfo – Jonathan Middleton – es el primero en su tipo que identifica el azúcar, no solo como una fuente de combustible para un cáncer existente, sino también como una de los principales detonantes en la oncogénesis – es decir, la iniciación de las características cancerosas (fenotipo) dentro de las células previamente saludables.

Publicado en el Diario de Investigaciones Clínicas bajo el título, El creciente consumo de azúcar promueve la oncogénesis a través de las vías EPAC/RAP1 y O-GlcNAc, los investigadores se enfocaron en una percepción (o percepción errónea) en la comunidad de investigación del cáncer sobre la relación del azúcar con el cáncer:  la cual establece “una glicólisis creciente (metabolismo basado en azúcar) es frecuentemente vista como una consecuencia de eventos oncogénicos que conllevan un crecimiento y supervivencia de células malignas.”

Contraria a esta visión convencional, este nuevo estudio “provee evidencia que una creciente activación glicolítica como tal puede ser un evento oncogénico…” Es decir, la activación del metabolismo basado en azúcar en una célula – causado por tanto la presencia de cantidades elevadas de glucosas y el incremento de receptores de glucosa en la superficie de la membrana celular (es decir, “sobre expresión de un transportador de glucosa”) – conlleva a la iniciación de cáncer.

Además, el estudio encontró que “una reducción forzada del consumo de glucosa por células de cáncer de seno llevó a una reversión fenotípica. En otras palabras, interferir con la disponibilidad y el consumo de azúcar a la células cause que la célula cancerosa se REVIERTA hacia su estructura funcional precancerosa (fenotipo).

¿Cuáles son las implicaciones de esta investigación hacia la dieta?

Lo que esta nueva investigación indica es que el azúcar – la cual los americanos consumen una cantidad asombrosa de 160 libras anualmente (imagina: ¡31 bolas de cinco libras por cada uno de nosotros!) – es una de las causas primarias de cambios metabólicos celulares en el cuerpo consistentes con la iniciación y el promover cáncer. Y, la investigación indica que removiendo él azúcar de la dieta, y privando a las células de ella, podría REVERTIR el cáncer.

Azúcar escondido, cáncer agachado

Ha sido estimado por la USDA que el americano promedio consumo 200 libras de productos de granos anualmente. ¿Por qué es esto relevante al tema del azúcar en la dieta? Porque los productos de carbohidratos refinados – como galletas saladas, pasta, pan, cereal – son en realidad formas “escondidas” de azúcar. De hecho, el arroz inflado causado que tu sangre se vuelva más dulce (y supuestamente alimente más azúcar a las células cancerosas) que el azúcar blanco, ya que tiene un índice glicémico más elevado. Si unimos ambas cifras – el consumo per cápita anual de azúcar y productos basados en granos – obtenemos una impresionante cifra de 360 libras de azúcar anualmente (tanto evidente – azúcar de mesas y jarabe de maíz de alto contenido en fructosa – como escondida – carbohidratos en granos) – toda la cual puede contribuir a promover la situación metabólica ideal de la células cancerosas: glicólisis aeróbica.

Esta es una de las razones por la que la dieta ketogénica –esa que se enfoca en grasas y proteínas y evita carbohidratos, tanto en sus formas simples (azúcar) como complejos (productos de granos) – ha sido encontrada como útil para muchos de los cánceres más agresivos: incluyendo cáncer cerebral. Una vez que “saque la alfombra” a las células cancerosas que requieren de azúcar, ellas son forzadas a bien sea un muerte programada (apoptosis) o una re-diferenciación de regreso a fenotipos no cancerosos.

Si es tan mala para nosotros, ¿por qué la consumimos tanto?

Una de las razones primeras por la cual consumimos azúcar y dietas altas en carbohidratos es porque son adictivas. Minutos después de consumir azúcar/carbohidratos, nuestro cuerpo pasa por una montaña rusa neuroendocrínica. Tu cerebro no puede sobrevivir mucho sin glucosa, la unidad de energía fundamental de la célula, y se “desesperará” si es privado de un torrente constante de este “nutriente” en tan solo 2 o 3 minutos. El sistema endocrino por otra parte, percibe el peligro de un alto nivel de azúcar–es decir, el daño asociado a la glicación hacia las estructuras lípidas y proteicas; piensa en sangre acaramelada, que los procesos se atasquen y se hagan pegajosos – y liberará hormonas como la insulina, adrenalina y cortisol, de manera de intentar de mantener el control el incremente de azúcar en la sangre y los tejidos. La insulina fuerza al azúcar a almacenarse dentro de la célula, tanto como glicógeno y como grasa, pero a veces hace su trabajo demasiado bien, causando los niveles de glucosa disponibles en el cerebro a que sean agotados – detonando un ciclo viciosos de “señales de emergencia” que le dicen al cuerpo que libere más cortisol y adrenalina para incrementar los niveles de glucosa en la sangre. Esto, por supuesto, tendrá como resultado una producción y liberación adicional de insulina, causando que el mismo ciclo ocurra una y otra vez-

Este ciclo que pareciera ser infinito es el responsable de los antojos generados de una dieta de azúcar/altos carbohidratos –  sin mencionar los efectos hedónicos basados en fructosa generados en el cerebro que modula no solo los receptores de opioides y dopamina en el sistema nervioso, y los péptidos farmacológicamente activos en muchos granos llenos de gluten, lo cuales también conllevan a comportamientos adictivos y es casi una fijación psicótica el consumir carbohidratos con cada comida.

Con razón tenemos una epidemia de cáncer en un mundo donde la dieta occidental es la que prevalece. Ciertamente, no queremos indicar que una dieta rica en azúcar/carbohidratos es la única causa de cáncer. Existen muchos otros factores que contribuyen a la iniciación y promoción de cáncer, tales como:

  • Exposición química
  • Exposición a radiación
  • Estrés crónico que suprime el sistema inmune
  • Las vacunas que contienen retrovirus y virus que causan cáncer.
  • Infección natural con bacterias y virus que causan cáncer.
  • Falta de sueño
  • Insuficiencia de nutrientes (falta de donantes de metilo como B12, folato y B!” prevendrán que el cuerpo “apague” los genes que promueven cáncer)

Aunque el cáncer es un fenómeno complejo, multifactorial, con variables que no siempre podemos controlar, algo que podemos hacer es controlar lo que pasa por nuestras bocas. El azúcar, por ejemplo, no pertenece allí si de verdad queremos prevenir y/o tratar el cáncer. Y no lo olvides, los carbohidratos que no tengan un sabor dulce – pan, galletas saladas, cereal – ciertamente se convierten en azúcar en el cuerpo minutos después de ser consumidos.

En resumen, si estás preocupado por el cáncer, tienes cáncer, o quieres prevenir una reincidencia, remover el azúcar y el exceso de carbohidratos es un deber. No solo es sentido común, sino que ahora es validado por investigaciones experimentales.

*Nota: La células cancerosas prefieren fermentar el azúcar como una forma de energía incluso cuando hay suficiente oxígenos disponible para que la célula lo haga; es por ellos que se conoce la descripción de Warburg del metabolismo de cáncer como “glicólisis aeróbica” o el llamado “efecto Warburg”.

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