Los huevos no causan ataques cardíacos – el azúcar los causa

Se acabó. El debate se resolvió.

Es el azúcar, no la grasa, lo que causa ataques cardíacos.

Oops. Cincuenta años de consejos de doctores y lineamientos de alimentación del gobierno han estado equivocados. Se nos ha dicho que debemos cambiar los huevos por cereal. Pero esa recomendación está totalmente equivocada. De hecho, es muy probable que este mal consejo haya matado a millones de americanos.

Un estudio hecho rigurosamente muestra que aquellos con los más altos niveles de consumo de azúcar tenían cuatro veces mayor riesgo de ataques cardíacos comparados con aquellos que tenían un consumo bajo. ¡Eso es 400%! Solo una vista de 20 onzas incrementa tu riesgo de ataque cardíaco en un 30%.

Este estudio de más de 40.000 personas, publicado en Medicina Interna JAMA, tomo en cuenta todos los otros factores de riesgo potenciales, incluyendo calorías totales,  calidad general de la dieta, fumar, colesterol, alta presión arterial, obesidad y alcohol.

Esto le sigue el paso a décadas de investigaciones que han sido en mayor parte ignorada por el sistema médico y los creadores de políticas. De hecho, el Instituto de Medicina recomiendo no más del 25% de tus calorías sea de azúcar agregada. ¿En serio? Este estudio mostró que tu riesgo de ataques cardíacos se dobla si tu consumo de azúcar es el 20% de tus calorías.

Aun así 70% de los americanos consumen 10% de sus calorías diarias en azúcar. Y un 10% de los americanos consume 1 de cada 4 calorías en azúcar.

Lineamientos Dietéticos fracasados

Los lineamientos dietéticos de Estados Unidos no establecen límites para el azúcar agregado, y la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA) aún enlista al azúcar como una “sustancia establecida como segura”. Esa clasificación le permite a la industria alimenticia agregar cantidades ilimitadas de azúcar a nuestros alimentos. Por lo menos la Asociación Cardíaca Americana recomienda que nuestra dieta diaria contenga no más de 5 a 7.5% de azúcar agregada. Aun así, muchos de nosotros consumimos más de eso. La mayoría de nosotros no sabe que una porción de salsa de tomate tiene más azúcar que una porción de galletas oreo, o que el yogurt de frutas tiene más azúcar que una Coca-Cola, o que muchos cereales de desayuno – incluso aquello hecho con granos enteros – son 75% azúcar. ¡Eso no es desayuno, eso es postre!

Este es un gran cambio de paradigma. Por años, nos han lavado el cerebro para que pensemos que la grasa es la que causa los ataques cardíacos e incrementa el colesterol, y que el azúcar es inofensivo, una fuente de calorías vacías. No son calorías vacía. Resulta que las calorías del azúcar son calorías mortales. El azúcar causa ataques cardíacos, obesidad, diabetes tipo 2, cáncer y demencia, y es la causa líder de fallo en el hígado en América.

Los mayores responsables son las bebidas azucaradas, como sodas, jugos, bebidas deportivas, té y café. Son por mucho la mayor fuente de calorías de azúcar en nuestra dieta. De hecho, más del 37% de nuestras calorías de azúcar provienen de sodas. El adolescente promedio consume 34 cucharaditas de azúcar al día, o unas 544 calorías de azúcar. Lo que es más preocupante es que, no solo los pone a riesgo de ataques cardíacos en un momento remoto en el futuro de sus vidas, sino que los está matando antes de que cumplan 20 años.

Esta nueva investigación se acopla con décadas de información en cuanto a cómo el azúcar causa resistencia a la insulina, triglicéridos altos, bajo colesterol HDL (bueno) y peligrosos niveles de colesterol LDL (malo). También desencadena la inflamación que conocemos como la raíz de la enfermedad cardíaca.

Y las grasas, incluyendo grasas saturadas, han sido injustamente culpadas. Con la excepción de las grasas trans, las grasas son en realidad protectoras. Esto incluye las grasas de omega 3, nueces y aceite de oliva, los cuales han sido comprobados que reducen el riesgo de ataque cardíaco por más de un 30% en un estudio grande reciente.

El hecho simple es que: Las calorías de azúcar son peores que las otras calorías. Todas las calorías no se crean igual. Un estudio reciente de más de 175 países encontró que el incremento general de calorías no elevaba el riesgo de diabetes tipo 2, pero las calorías de azúcar si lo hacían – dramáticamente.

Como curar nuestra adicción al azúcar

América está muy detrás del resto del mundo al tratar este problema. México, por ejemplo, respondió luego de conocer que cuando el consumo de soda se elevó a 20% de calorías para el ciudadano promedio, sus tasas de obesidad y diabetes tipo 2 se elevaron. Los oficiales de salud pública de ese país investigaron soluciones efectivas para combatir obesidad y diabetes de todas partes del mundo.

Las intervenciones claves que ellos implementaron fuero la de colocar impuestos a la soda, vetar publicidad de comida chatarra en la televisión y eliminar alimentos procesados, comida chatarra y bebidas azucaradas de las escuelas. Más de 15 países han enfocado a las bebidas azucaras al colocarles impuestos – una estrategia que se ha comprobado ser exitosa.

Otra estrategia efectiva es modificar el etiquetaje de los alimentos para dejar claro si un alimento es bueno, si debe consumirse con precaución o si es malo para ti. En los Estados Unidos incluso alguien con un PHD en nutrición tiene problemas para descifrar las etiquetas en los alimentos. ¿Cómo se espera que la persona promedio sepa hacerlo?

La más reciente evidencia científica prueba que el azúcar – y la harina, la cual incrementa los niveles de azúcar en la sangre más que el azúcar de mesa – es biológicamente adictivo. De hecho, es hasta ocho veces más adictivo que la cocaína.

El americano promedio consume cerca de 152 libras de azúcar y 146 libras de harina al año. Es importante que modifiquemos nuestros anticuados y peligrosos lineamientos nacionales dietéticos. Y necesitamos estrategias claras y programas médicos para ayudar a las personas a entender y a tratar los riesgos de salud y la naturaleza adictiva del azúcar y de los carbohidratos refinados.

Así es como podemos reversar este tsunami de obesidad y enfermedades crónicas que nos están quitando nuestra salud y paralizando nuestra economía.

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